martes, 14 de mayo de 2013

Macri y el PJ residual: una relación congelada

En la fuerza del procesado alcalde porteño pretenden acuerdos por distrito, pero Lavagna quiere un arreglo nacional. El rol de De la Chota y De Narcováez.

El congelamiento de la relación entre Mugrizio Macri y Roberto Lavagna está a un paso de transformar esa negociación electoral en un búmeran para el PRO. 

El frente frío que separa al macrismo del peronismo residual -también llamado peronismo disidente- ha comenzado a extenderse y, por ahora, los contactos están suspendidos. 

Hace dos meses, los borradores de acuerdo entre macristas y peronistas residuales imaginaban el cierre de listas por distrito, con candidaturas por frentes específicos en Capital, provincia de Buenos Aires y otros puntos considerados estratégicos, como Córdoba y Santa Fe. 

A fines de abril, el primer resultado de esa alquimia estaba por dar a luz una alianza entre Lavagna y Gabriela Michetti, como principales candidatos a senadores nacionales por la Capital. Pero cuando sólo faltaban detalles para atar la negociación, el ex ministro de Economía de Ednarco Duhalde y Néstor Kirchner dejó de negociar en su nombre y se mostró proclive a firmar un acuerdo con el PRO que incluyera a todo el pejotismo a nivel nacional. 

El mensaje llegó a la sede del gobierno porteño cuando Lavagna se fotografió en Córdoba junto al gobernador José Manuel De la Chota, Hugo Moyano, Francisco De Narcováez y los incombustibles Gerónimo “Momo” Venegas y Claudia Rucci. 

La foto descolocó la estrategia electoral del PRO, porque el "tren fantasma", tal como lo bautizaron alrededor del secretario general Marcos Peña, fue sólo el comienzo de una ofensiva impulsada por todo el duhaldismo para condicionar a Macri y obligarlo a desechar la idea de acuerdos por distrito.

Esa es la interpretación que atraviesa al PRO desde el Día del Trabajador. Sus principales operadores y voceros, entre ellos el ministro de Gobierno Emilio Monzó, repiten que "nunca hubo idea de cerrar con el grupo, sólo queremos acuerdos por distrito: en Capital con Lavagna, en provincia con el colorado De Narcováez  y en Córdoba depende de lo que quiera De la Chota".

Pero, como una paradoja de la política, los protagonistas de la foto que tanto irritó a Macri tienen desde la semana pasada un nuevo argumento para limitar los deseos electorales del PRO: la ley impulsada por el kirchnerismo, que aprobó la semana pasada el Congreso para cambiar el Consejo de la Magistratura. 

Entre otras reformas, el texto establece que los representantes de los magistrados, abogados y académicos dentro del organismo, sean electos por el voto popular. Esto suma una nueva complejidad a las negociaciones electorales, porque cada fuerza política deberá agregar una nómina de candidatos a la Magistratura, junto a los habituales postulantes para diputados y senadores. 

Dentro de esa disputa novedosa, sólo podrán participar las fuerzas que tengan presencia en 18 distritos. "Si bien  estamos en contra de esta nueva ley, porque es un disparate, tenemos la decisión de participar en esa elección, y para eso tenemos que tener presencia en todos los distritos", advirtió un destacado operador del justicialismo cordobés. Su lectura es la misma que  comparten los socios de la foto, con Lavagna incluido: "Si decidimos armar una lista donde disputemos el Consejo de la Magistratura, tenemos que tener la misma lista de diputados y senadores.  Por eso consideramos que si Lavagna es candidato en Capital, hace falta un acuerdo global", explicó el dirigente cordobés, tras aclarar que sus palabras son las mismas que desplegó De Narcováez la semana pasada. 

Para todo el arco de PJ disidente, antes del armado de listas habrá una ofensiva judicial para intentar frenar la aplicación de la reforma del Consejo. Pero en privado, todos admiten su interés por presentar candidatos a consejeros, "porque el kirchnerismo jugará los suyos". La preocupación tiene que ver con la incógnita por las figuras que la Casa Rosada ponga en esas listas.

Macri, por el contrario, sostiene que todos esos potenciales socios han caído en  una trampa del oficialismo, mientras sus negociadores insisten con sellar pactos electorales en la Capital, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Pero del otro lado del mostrador, contestan que "el espacio no está hablando con el PRO"

En el entorno de De la Chota, se atajan: "Macri tiene muy poco que ver con nosotros y con nuestra visión política". También recuerdan que tanto Hugo Moyano como sus hijos no quieren saber nada con el PRO. "Macri expresa una concepción liberal de la política. No lo votaría en ninguna circunstancia", disparó el sábado el diputado nacional Facundo Moyano. Sus palabras amplificaron los dichos del dirigente santafesino Osvaldo Salomón. "Las listas para las elecciones de octubre cierran el 22 de junio y es muy posible que encabece una de ellas como diputado nacional por el peronismo, que me tiene como referente en Santa Fe", anticipó la semana pasada el hombre que en 2011 fue candidato a vicegobernador de Miguel Del Sel, por Unión Pro Federal. El mensaje fue leído como un inesperado distanciamiento del macrismo, pero en Bolívar 1 aclararon que "Salomón no está con el PRO desde hace tiempo, y ahora los medios le dieron una entidad que no tiene, porque De la Chota fue a buscarlo"

El germen de alejamiento que experimenta el PRO en distritos que considera "cruciales" para 2015, también se repitió en Entre Ríos, con el ex gobernador Jorge Busti, que desautorizó a Monzó luego de una reunión donde buscó incluirlo bajo la candidatura a senador nacional, por el PRO, del dirigente agroterrorista Alfredo De Angeli. "Le expresé que los peronistas no aceptamos condiciones de nadie (...). De no haber condiciones para la confluencia, nos parece lo más correcto aprovechar las primarias (PASO) del 11 de agosto para que la gente, a través de su voto, defina la lista de candidatos. Respeto a Monzó pero no creo que tenga la autoridad para determinar cuáles son los candidatos de un posible frente en Entre Ríos, que no se ha realizado”, remató Busti. 

Ese concepto, ahora también es compartido por De Narcováez, que promete privilegiar a sus socios peronistas en las listas bonaerenses. "La posibilidad de compartir fórmula con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, está cada vez más lejana", dicen desde las oficinas del colorado, y repasan la misma caracterización del PRO que sostiene De la Chota: "Macri, frente a los cuatro grandes distritos, sólo tiene fuerza en la Capital. Después, en Santa Fe va con Del Sel, pero en una lista que no es tan fuerte como en 2011. Y después tiene dos testimoniales: en Córdoba  tiene una lista de siete puntos, y en tierra bonaerense le pasa lo mismo", resumen en referencia a la candidatura del economista Carlos Melconián.

Esa lectura crispa al macrismo. Sus operadores dicen que se trata de un operativo para condicionarlos y ocultar que el ex  gobernador Juan Schiaretti, próximo candidato a diputado nacional por Córdoba, "cada vez mide menos en la intención de voto"

En ese escenario de dardos cruzados, Lavagna sube la apuesta con su silencio, mientras espera que Macri acepte una alianza global con todo el peronismo opositor a cambio de contar con su candidatura como senador y, también, cruzar la avenida General Paz sin sucumbir en el intento.

NdR: BASADA EN  UNA NOTA ESCRITA POR CLAUDIO MARDONES PARA TIEMPO ARGENTINO

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