viernes, 17 de mayo de 2013

La opereta de la intervención

Un periodista deslizó un dato en potencial en su columna, el monopolio lo masificó, un jefe de gobierno lo recogió, emitió un decreto y la prensa dominante convirtió al alcalde en el adalid de la libertad de expresión y candidato presidencial de las corporaciones mediáticas. Todo en 48 horas.
 
La opereta resulta evidente. El domingo último el columnista estrella del diario La Nazión, Joaquín Morales Solá, escribió que el gobierno “podría intervenir al Grupo Clarín”

Un dato en potencial al que ningún otro periodista había accedido, pero que serviría para que Jorge Lanada sea caja de resonancia.

La línea de Morales Solá le serviría al comediante televisivo para victimizarse y decir que “con la intervención” sus horas al aire estaban contadas. Con cara de polluelo mojado, en su programa de humor, por canal 13, le pidió a su audiencia que “si eso pasa, hagan algo”, sin saber si aparecería al domingo siguiente.

Así el mismo día, y ante la mirada atónita de muchos, los medios dominantes habían instalado dos cuestiones que no podían fundamentar de ningún modo: la intervención y la salida del aire de Lanada.
 
La cadena de la operación seguiría con Morales Solá desde TN. El lunes, en "Desde el ano", su ciclo semanal por TN, el columnista cerró su conclusión final, diciendo que no solo Lanada iba a ser borrado de un plumazo, sino que además las redacciones de Clarín, Radio Mitre, TN, etc, etc, etc, iban a ser intervenidas por el gobierno.

La victimización tomó forma cuando muchos de los conductores del Grupo cerraban sus programas sin saber realmente si mantendrían sus puesto de trabajo al día siguiente. “Hasta mañana, si hay mañana”, decían. El séquito de opositores adictos al Grupo, por su puesto, recitó a coro todas las consignas en sus diarios, radios y canales.

El operativo iba llegando a su momento crucial. Fue el martes cuando, alarmado por la situación reinante, el doblemente procesado jefe de Gobierno porteño, Mugrizio Macri llamó a una conferencia de prensa.

Allí anunció la firma de un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) para “garantizar la libertad de prensa y de expresión” en su jurisdicción. Un articulado sin sustento jurídico que intenta darle protección simbólica a los manejos del grupo mediático. En pocas horas le había dado soporte institucional a la hueca bola de nieve que echo a rodar la propia empresa.
 
Como no podía ser de otra forma, el final (por ahora) es donde todo comenzó. El miércoles, Morales Solá volvió a escribir su columna en La Nazión en la que destacó que el ex hijastro de Flavia Palmiero “firmó el decreto de necesidad y urgencia más progresista  sobre la libertad de expresión que se haya dictado en el país en las últimas décadas”. La frutilla de la torta.

De más está decir que el alcalde al animarse a cruzar el límite se conviertió en el candidato preferido de las corporaciones con vistas a las elecciones presidenciales del 2015.

Claro está que, en el 2009, el lugar de candidato preferido de las corporación -en esa oportunidad de cara a las presidenciales de 2011- lo había ocupado Julio César Cleto Cobos, gracias a su voto "no positivo". El resultado es historia conocida. Cristina sacó el 55% de los votos y Cobos, que ni siquiera llegó a ser candidato, se tuvo que volver a dedicar a la ingeniería.

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