miércoles, 28 de agosto de 2013

Intelectuales rechazan la idea de "autogolpe" divulgada por Lanada

Dos miembros de Carta Abierta respondieron a los intelectuales opositores que el domingo agitaron la idea de "un autogolpe provocado por el gobierno". Forster los acusó de buscar provocar "un daño profundo sobre la imagen de Néstor y Cristina Kirchner".
 
Jorge Lanada presentó el domingo en su programa un informe que recuerda todos los momentos en los que el gobierno, ya sea con Néstor o con Cristina Kirchner, denunció intentos de desestabilización o complots contra la democracia. Ese informe, que contó con la opinión de los intelectuales Juan José Sebreli, Beatriz Sarlo, Alejandro Katz y Roberto Gargarella, abonó la teoría de un "autogolpe" promovido por el gobierno para victimizarse y relanzar la "épica del relato".
 
"Hay una teoría, no demasiado factible, de un antigolpe, pero provocado por el gobierno, que sería un autogolpe. Es una posibilidad dentro del desenfreno del cristinismo, de ir por todo, de no tener freno", afirmó Sebreli.
 
Sarlo, por su parte, recordó la imprecisa anécdota de Alberto Fernández según la cual Néstor o Cristina (nunca se aclaró cuál de los dos) habría "amagado" con irse una noche de 2009, y opinó: "Es difícil, porque a ellos les conviene una salida ordenada. ¿Cuál sería el camino después del autogolpe? ¿Se van a ir a Japón como Fujimori? ¿Cómo sigue? Alguien debería estar pensando esa historia".
 
El filósofo Ricardo Forster y la socióloga María Pía López, ambos integrantes del espacio Carta Abierta, rechazaron de plano esta hipótesis y aseguraron que esa construcción forma parte de una maquinaria que apunta a instalar la idea de que el gobierno no está capacitado para afrontar los próximos dos años.
 
"Lo que puedan decir hay que leerlo como parte de una estrategia de destitución del Gobierno, pero de una destitución que no implica un golpe de Estado sino hacer un daño de tal naturaleza que lo hecho en estos diez años no pueda volver a repetirse nunca más en la historia argentina. Me parece que la viscosidad, la injuria, la descalificación han pasado todos los límites. Es una campaña que no tiene ningún tipo de medida. Incluso aquellos intelectuales, que se definen a sí mismos como democráticos y progresistas, saben perfecta y conscientemente que son cómplices de una maquinaria brutal y no dudan en seguir siendo parte de esa lógica", afirmó Forster.
 
Para el filósofo, integrante de Carta Abierta y candidato a diputado del Frente para la Victoria, "esto está dirigido a hacer un daño tan profundo sobre la imagen de Néstor y Cristina Kirchner, y de lo que ha significado y sigue significando este proyecto que por primera vez en décadas cuestionó el poder real de las corporaciones, como para que nunca más se pueda repetir". "Lo que intentan es aplastar, en convertir en polvo lo que se ha hecho como una manera de imposibilitarlo para el futuro", precisó.
 
Por su parte, López señaló: "Me parece que ellos acusan que hay algo paranoico en el kirchnerismo dentro de la construcción del relato de la fragilidad institucional y al mismo tiempo agitan a una posición que intenta generar las condiciones, con el argumento de que por haber perdido las primarias, ni siquiera la elección legislativa, el gobierno tendría que estar pensando en su salida".
 
Según la socióloga, que además es directora del Museo del Libro y la Lengua, el objetivo es "corroer la legitimidad de un Poder Ejecutivo que está electo hasta 2015. Entonces, en ese contexto, acusar al propio gobierno de generar las condiciones para un golpe me parece que es muy falaz. Son operaciones ficcionales muy fuertes, pero tienen un costado tan elemental de fábula que solo puede tener efecto sobre los muy convencidos".
 
"Es lo mismo que la idea de Cristina yendo con bolsas a una isla, o la existencia de una bóveda material donde se guarda el dinero. Son ficciones que provienen de la historieta, del mismo modo que proviene de la literatura de las conspiraciones la idea de que el gobierno promovería un autogolpe nada más que para jugar de víctima. Con tres argumentos racionales la ciudadanía descarta esas cosas. Pero hay una minoría muy convencida de que el gobierno encarna las fuerzas absolutas del mal a la que le vienen muy bien este tipo de fábulas", indicó López.
 
Ambos descartaron, sin embargo, la idea de "golpe institucional" que difundieron algunos referentes del kirchnerismo.
 
"Yo no lo plantearía bajo la forma unilateral del sí o no, diría que la realidad argentina tiene dentro suyo la memoria continua de estos gestos de debilitamiento de horadación que en muchos casos terminaron en destituciones o en golpes de Estado", opinó Forster, y añadió: "Creo que están cebados, creen que pueden hacer una elección todavía mejor en octubre y creen que en el peor de los casos van a poder condicionar absolutamente los dos años de gobierno de Cristina Kirchner. Condicionar significa que retroceda, significa preparar las condiciones para lo que ellos llaman una transición".
 
Para López "es exagerado" hablar de golpe institucional "porque no hay condiciones", pero sí hay "un intento de una corrosión lenta, de generar las condiciones de deslegitimación del gobierno". "Esta idea de que el resultado de las primarias dice algo de la estabilidad del Ejecutivo es generar un manto de sospecha sobre si es legítimo gobernar hasta 2015. En ese sentido, yo creo que no estamos en un escenario de golpe institucional y es una exageración desde todo punto de vista, pero sí estamos ante una maquinaria mucho más permanente de puesta en cuestión de las condiciones del gobierno", subrayó.
 
"La utilización de una terminología que remite al rol absoluto, a la idea de nazismo, de exterminio, de dictadura, de fascismo, del totalitarismo en el siglo XX para discutir lo que está sucediendo en el interior de una sociedad democrática es una desmesura que atenta contra la memoria de las víctimas, subestima lo ocurrido, es terrible y es riesgoso. Cualquiera que utilice ese discurso se equivoca, sea la oposición, que es la que suele utilizarlo, o sea alguien que defiende al gobierno o al kirchnerismo. Hay que tener un enorme cuidado en el uso de la memoria histórica y en el uso de palabras que tienen un peso específico", cerró Forster.
 

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