La presidenta quiere revisar las prioridades de corto plazo planteadas en la primera ronda de conversaciones de Río Gallegos. Exportaciones, impuestos, petróleo, subsidios. Esta semana se reunirá con sus ministros para analizar medidas.
En el vuelo de regreso a Buenos Aires, antes de que el Tango 01 aterrizara en la zona militar del aeroparque, la presidenta dejó una instrucción a los ministros que habían viajado a Río Gallegos. Les dijo que esta semana –hoy o el martes– quería seguir trabajando con ellos la continuidad de la ronda del diálogo con industriales, banqueros, pymes y sindicalistas.
El diálogo, según confió un ministro del Gabinete, se produjo el miércoles por la noche y mostró a la mandataria de buen humor. Lo que la jefa de Estado quiere revisar en detalle, para producir correcciones en el caso de ser necesarias, son las prioridades de corto plazo -las de rápida resolución- planteadas en la primera mesa de conversaciones que tuvo lugar en el Hotel Patagonia de la capital santacruceña.
Se trata, en la mayoría de los casos, de problemas específicos de competitividad y distorsiones producidas por la necesidad de "administrar" el comercio exterior, ante la dificultad estructural que implica la importación de combustible por unos 15 mil millones de dólares al año.
De acuerdo a lo convenido con los sectores que participaron en la ronda del diálogo, los debates seguirán con un encuentro del mismo nivel (con la presencia de la jefa de Estado) en un plazo no mayor a un mes y, mientras tanto, una serie de reuniones por sector. Estas discusiones se agruparían por rama de actividad (industria, software, agroindustria, automotriz y metalmecánica) y tendrían como objeto central revisar casos puntuales de DJAI (Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación) observadas, que impidieron importar insumos imprescindibles.
Otra alternativa que se discutirá en esos ámbitos es la posibilidad de producir cambios en el régimen de reintegro a las exportaciones de una actividad específica: se está evaluando poner en marcha un tratamiento diferenciado que premie a las exportaciones con mayor valor agregado, en detrimento de las que contienen menos valor.
En relación con los problemas más complejos, como la modificación del mínimo no imponible de Ganancias, cuya factibilidad depende de encontrar alternativas para no desfinanciar al Estado, la instrucción de la presidenta fue que todos los equipos de funcionarios se pongan a estudiar, a revisar números de la economía y a pensar propuestas.
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