martes, 27 de agosto de 2013

El intendente con numerosas denuncias de corrupción que Massa quiere ocultar

Irregularidades en la concesión del servicio de mantenimiento de plazas, sobreprecios en la construcción de viviendas, desvío de fondos y fotos con barrabravas son parte del escándalo que salpica a Carlos Selva, el mandatario municipal de Mercedes, del Frente Rejuntador.
 
Hay dos palabras que definen a la gestión del intendente de Mercedes, Carlos Selva: ineficiencia y corrupción. El mandatario municipal no solamente carga con numerosas irregularidades en la gestión, sino que cuenta con el galardón de ser uno de los pocos distritos que empeoró su situación desde el inicio de su mandato.
 
La ciudad tiene hoy menos servicios públicos que los que tenía al asumir Selva y al censo de 2010. El ejemplo más cabal del abandono y la pésima gestión está en la construcción de viviendas: Chivilcoy construyó 1.000, Junín 800 y en Mercedes ni siquiera se pudo concluir el barrio René Favaloro, 112 casas que debieron entregarse en 2006. Por el contrario, en la ciudad proliferan las tomas de terrenos, promovidas por el propio intendente. Sin embargo, Selva no acusa recibo y asegura que la culpa de su lamentable desempeño es “la aparición del Frente Mercedino para la Victoria”, en 2010.
 
En 2006 estuvo al borde de la destitución. La “sorpresiva” renuncia de la concejala Nancy Parodi lo salvó del juicio político. Selva supo devolver el favor: hoy Parodi es funcionaria de Desarrollo Social municipal.
 
Su gestión, ya desde ese momento, está plagada de irregularidades, algunas de las cuales rayan lo absurdo, como un automóvil oficial que fue a La Plata y cargó nafta de ida y gasoil de vuelta.
 
Selva, que procede del sindicalismo y mantiene estrechos vínculos con Hugo Moyano y Luis Barrionuevo (hoy la pata gremial del proyecto de Sergio Massa), arrastra cada vez más sospechas de corrupción. La más reciente es la millonaria contratación de una empresa fantasma, a cargo de una jubilada de 81 años sin empleados a cargo ni herramientas, para la conservación de once plazas y canteros.
 
En la larga lista de irregularidades de su gobierno se destacan varias más:
 
- El uso que les dio a las cooperadoras, hoy en la órbita de Desarrollo Social de la Nación y a cuyos integrantes los hacía trabajar en las casas de los funcionarios locales.
 
- Las sospechas de sobreprecios e incumplimiento de trámites en el ya mencionado y nunca finalizado barrio René Favaloro (112 viviendas).
 
- La actitud de su ahora ex director de Turismo Marcelo Melo, quien depositó en una cuenta personal parte de la recaudación de la edición 2012 de la Fiesta Nacional del Salame Quintero, la celebración emblemática de la ciudad, y retiró los alrededor de 40 mil pesos reunidos en tres extracciones por caja.
 
- El procesamiento y embargo por $ 1.800.000 a Aldo Lauría, apoderado legal de su partido, por la realización de 180 jubilaciones irregulares durante su paso por la ANSES.
 
- El robo de la recaudación de la Fiesta del Durazno 2008 en la propia Municipalidad, ocasión en la que, lamentablemente, no funcionaron las cámaras de seguridad.
 
- La compra directa de panes dulces a una confitería vinculada a sus funcionarios. 
 
- El robo de combustible en el Corralón Municipal.
 
El intendente fue cambiando de barco según los vientos políticos: estuvo con Rodríguez Saá, con el kirchnerismo, con Duhalde, con Felipe Solá, con Scioli y ahora eligió recostarse en la figura de Sergio Massa. Aunque participó del armado, no le dieron lugar en las listas.
 
Sus amigos de la infancia retratan el crecimiento económico de Selva así: “Antes cazaba ranas en los zanjones y ahora se va de vacaciones dos o tres veces por año al Caribe”.
 
El intendente mercedino no pudo ir a la videoconferencia con la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la inauguración de una nueva línea de montaje de tractores de la firma Agrale porque tenía compromisos impostergables: se había ido a pescar.
 
En su defensa, hay que decir que nunca le interesó mucho el desarrollo industrial: subejecutó un subsidio de 600 mil pesos que le entregó el Gobierno Nacional para el Sector Industrial Planificado. También hay que decirlo: no pide muchos subsidios. Apenas tramitó uno y fue para la misma Fiesta del Salame Quintero, cuya recaudación se depositaba en la cuenta personal de un funcionario.
 
Los vecinos se quejan de que la ciudad está sucia, desorganizada y abandonada, y reclaman una reunión con el intendente, que se niega a recibirlos. No así al ex líder de la barra brava de Boca, Rafael Di Zeo, con quien se saca amigables fotos. También denuncian que en los últimos años se vieron niveles de violencia inéditos, con chicos asesinados por patotas, robos y varios delitos más.

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