Miriam Rosalino, corresponsal en La Plata
Desde la semana pasada las tijeras proliferan en diversos puntos de la ciudad de La Plata, como parte de una nueva estrategia de campaña del intendente municipal Pablo Bruera, quien busca fomentar el corte de boleta por dos motivos: Hacer crecer la figura de su hermano por fuera de la de Martín Insaurralde y evitar que el voto se concentre detrás de sólo cuatro candidatos.
El intendente platense y su hermano, el diputado provincial Gabriel Bruera, ya no esconden sus desesperados intentos por recuperar votos de cara a las elecciones de octubre, luego del magro 16% obtenido en agosto; y es por eso mantienen diversas estrategias de campaña.
En ese marco, y mientras buscan superar el enojo generado en sectores del sciolismo por las críticas que el funcionario municipal Sergio Federovisky realizó la semana pasada al culpar a la provincia por la trágica inundación del 2 de abril, en el municipio buscan dividir al electoral fomentando el corte de boleta.
Bajo esa estrategia pre electoral es que los hermanos Bruera han colocado diversos carteles que llevan las firmas de la ONG "Control Ciudadano", para inducir el voto de los vecinos hacia diversas ofertas electorales.
En ese esquema es que también financian –según denunciaron desde el PRO-, la campaña a concejal de Julio Irurueta, buscando dividir al electorado que optó por el Frente Rejuntador como principal alternativa de cambio en la ciudad.
Así mismo, el bruerismo le va soltando la mano al candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, y busca recuperar parte de sus votantes vecinalistas, mostrando sólo a Gabriel Bruera y destacando con grandilocuencia cada una de las acciones de gestión municipal impulsadas los últimos seis años.
De esta forma, el intendente Bruera busca dividir el voto opositor -que en agosto llegó al 85% de los votantes- bajo dos supuestos: Por un lado hacer crecer la figura del candidato a concejal oficialista, y al mismo tiempo hacer descender la concentración de votos detrás de cuatro figuras de peso electoral, estos son José Arteaga del Frente Rejuntador; Gastón Crespo del Frente Progresista; Aníbal Fortuna del denarcovaísmo; y Florencia Saintout del Frente Social Kirchnerista.
El máximo temor que enfrentan hoy los hermanos Bruera es que si se vuelve a repartir los votos de manera similar a lo ocurrido en agosto, sólo estarían ingresando dos concejales por el oficialismo municipal, contra 10 opositores.
Esto haría que Bruera pierda el control del Concejo Deliberante, y con ello no sólo puede tener problemas para gestionar a su gusto los próximos dos años que le quedan de gobierno, sino también podría llegar incluso a ser destituido si se crea una comisión investigadora para indagar a fondo sobre lo acontecido el pasado 2 de abril, en la trágica inundación que provocó la muerte de más de 70 vecinos y dejó a unos 300 mil con sus viviendas bajo el agua.
Hay que recordar que a lo largo de sus últimas campañas electorales, el intendente Bruera siempre incurrió en fomentar el corte de boleta como estrategia para dividir al electorado que no le agrada su gestión.
Así ocurrió en 2009 cuando escondió la lista que encabezaban Néstor Kirchner y Daniel Scioli como legisladores y entregaba su boleta junto a la de otros cuerpos nacionales; y lo mismo ocurrió en 2011 cuando escondió la figura de Cristina Kirchner en las PASO para ver la reacción del votante con respecto a su figura y tras ver que sacó más de 46% de los votos en la ciudad, volvió a mostrarse junto a la mandataria nacional.
En dicha elección inclusive el bruerismo montó mesas “apolíticas” desde las cuales se fomentaba el corte de boleta bajo el manto de la ONG Conciencia Ciudadana, la cual después se descubrió que respondía a un dirigente deportivo muy ligado al oficialismo municipal.
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