martes, 7 de octubre de 2014

Zaffaroni: "No sirve para nada desviar los cañones del aparato represivo al consumo"

El ministro de la Corte Suprema de Justicia destacó la necesidad de reforzar la políitica “asistencial” de tratamiento de las personas tóxico-dependientes pero desde “el punto de vista de la salud” y “distinguiéndola nítidamente” de lo que es la “represión del narcotráfico”.

En este sentido, postuló que “no sirve para nada desviar los cañones del aparato represivo” hacia los consumidores de drogas y que, por el contrario, hay que “concentrarlos en la lucha contra el narcotráfico”.

Por otro lado, sostuvo que el país debe tener cuidado de no convertirse en un “país de triangulación” de la droga, algo que, afirmó, no ocurre actualmente, y remarcó que la Argentina “no puede ser un país de producción porque, afortunadamente, no cuenta con la materia prima” para hacerlo.

Así lo aseguró ayer en declaraciones radiales, en las que llamó a “poner la atención” en la asistencia de las personas tóxico-dependientes, en particular de sustancias como el paco, que, aseveró, es un “problema dramático”.

“La no punición del consumidor es algo que sostengo desde hace 30 años; es absurdo, lo único que hace es derivar esfuerzos del control del narcotráfico, que es adonde tendría que ir”, postuló Zaffaroni en la entrevista.

En ese marco, al remarcar la importancia de evitar convertirse en un país de “triangulación”, el ministro de la Corte sostuvo que “ahora eso no sucede” y que, incluso, la Argentina “está bastante protegida geopolíticamente” para que eso no ocurra.

“Los cañones tienen que enfocarse hacia la atención del tóxico-dependiente desde el punto de vista de la salud y hay que distinguirlo nítidamente de lo que son los consumidores no dependientes y de lo que es el narcotráfico, adonde hay que apuntar los cañones también”, agregó.

En otro orden, indicó que “hay sacerdotes de villas que ven un problema dramático como es el paco, que es un veneno que destruye pibes muy chicos” y sostuvo que “ahí el problema es otro, que tiene que ver con que, cuando el pibe está dado vuelta, necesita una intervención compulsiva”.

“El que consume paco no va a buscar tratamiento, pero no tenemos que confundir internación compulsiva con punición. Ahí hay que meterse y tener una política enérgica pero siempre, desde el punto de vista de un problema de salud”, explicó el juez del máximo Tribunal. 

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