miércoles, 28 de junio de 2017

"Gracias Cristina": Michetti entregó viviendas y los vecinos le recordaron la pesada herencia

LA TULLIDA VICEPRESIDENTA ENCABEZÓ AYER EL ACTO DE ENTREGA DE VIVIENDAS DEL PLAN PROCREAR EN TIGRE. UN GRUPO DE VECINOS RECIBIÓ A LOS FUNCIONARIOS CON CARTELES PONDERANDO A LA ANTERIOR GESTIÓN. DENUNCIAN DEMORAS E INCUMPLIMIENTOS.


Gabriela Michetti y Rogelio Frigerio llegaron ayer a Rincón de Milberg para inaugurar viviendas del plan ProCrear y se encontraron con vecinos que agradecían, carteles en mano, la gestión del gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner. "Gracias Cristina", con corazones dibujados a mano alzada, rezaban las consignas que recibieron a la vicepresidenta. Es que la obra debió ser adjudicada antes; y sufrió demoras y cambios por parte de la administración de la alianza de derecha Cambiemos.

A principios de abril, Mugrizio Macri y la gobernadora fascista bonaerense María Eugenia Vidal ya habían tenido que mutar un acto público en una ceremonia íntima en un departamento cuando los vecinos de un barrio de Castelar levantaron carteles recordando que las obras del plan ProCrear habían sido realizadas por la gestión de Cristina.

La vicepresidenta y el ministro del Interior arribaron a Tigre junto a Iván Kerr, responsable de ProCrear y Segundo Cernadas, el actor colocado como responsable de la ANSeS en la zona. “Unos minutos antes que empezara el acto, cuando nos vieron manifestándonos, se nos acercó una asistente de Michetti y nos pidió que lo hiciéramos con respeto, que si queríamos ella después vendría a hablar”, contó María Lorena Sarasa, una de los 114 vecinos que se convocaron en el lugar ayer a la mañana. El diálogo no se produjo.

La obra que se inauguró consta de 442 viviendas, entre casas y departamentos. Según Matías Fortunati, vecino y abogado del grupo que se manifestó, “la mitad ya estaban terminadas cuando se produjo el cambio de gobierno. La entrega estuvo pendiente durante más de un año y medio y tuvieron la obra parada”. Hubo dos empresas constructoras en el proyecto: Centro Construcciones y Farallón. A la segunda le rescindieron el contrato y terminaron renegociando uno nuevo. Eso llevó a las demoras. Según Fortunati, “de las 442 viviendas adjudicaron 220, la mitad”.

Michetti aprovechó su discurso “para pedirles disculpas” a los adjudicatarios. “Me comentaron de las dificultades enormes que hubo en este caso. Encontramos una serie de conflictos que fueron destrabando, algunos en la Justicia, otros tenían que ver con la administración, renegociación de precios con las empresas constructoras, e hizo que el proyecto se tardara un poco”, apuntó la número dos del Ejecutivo Nacional.

En rigor, la tardanza aun afecta a los vecinos, ya que todavía falta terminar la obra de un módulo que albergará a cien familias. Con todo, quienes se manifestaron ante ante los funcionarios denuncian situaciones pasadas y presentes que quisieron poner de manifiesto, respecto de las trabas que comenzaron en diciembre de 2015.

“Nos quisieron cambiar las condiciones cuando Macri asumió, buscando una reevaluación”, dijo Sarasa. El sorteo para las viviendas tiene cinco categorías, siendo la 1 la más baja, que paga 2 mil pesos mensuales a 30 años. Se determina según la cantidad de ingresos de los interesados. Las otras cuatro son a 20 años y la quinta paga 15 mil pesos. El grueso de los adjudicatarios de Rincón de Milberg estaba en la 1. “La idea de ellos fue reevaluar con los ingresos de 2016 en base a la tabla de 2014”, explicó Fortunati y agregó que “de esa forma se iba a pagar mucho más, con vecinos que compulsivamente eran elevados de categoría”. Les cambiaban las reglas con las viviendas ya adjudicadas.

Eso llevó a una serie de protestas, que incluyó la toma de la sede Tigre del Banco Hipotecario (que financia las obras), hasta que se dio marcha atrás con esa medida.

Así las cosas, la obra entregada genera críticas. Los vecinos denuncian que los módulos, de tres pisos, deberían tener ascensores, y que no se cumplió en hacerlos. También, que las unidades incluían cocheras. “Ahora resulta que las cocheras son aparte y las cobran”, señaló Fortunati.

De cara al futuro apuntan a la forma de administrar las viviendas. Los vecinos son proclives a la autoadministración y rechazan la llegada de un administrador que, según el abogado, “cobrará algo más de diez mil pesos por cada módulo. Son cinco módulos. Cincuenta mil pesos al mes por algo que los vecinos consideramos que podemos hacer entre nosotros”.

Mientras, hubo cambios en el programa, que dejó de estar en la órbita de la Anses y Emilio Basavilbaso, y pasó a manos de Iván Kerr, el subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, que depende del ministerio del Interior. O sea que hubo que retomar el diálogo con otro interlocutor.

De los 114 vecinos que pugnaron por las obras paralizadas sólo resta ubicar a cinco. Pero, aun terminadas, muchas viviendas quedan sin habitar. Fortunati explicó que hay un titular y dos suplentes por vivienda. Por cuestiones como el Veraz, muchos titulares y suplentes se fueron cayendo del plan y calculan que en las viviendas inauguradas hay un 60 por ciento sin adjudicatarios. Lo ideal, sostienen, es volver a sortearlas.

Mientras tanto, los funcionarios entregaron hoy las llaves. Pero no lo hicieron a los beneficiarios propiamente dichos, sino a otros vecinos, quienes a su vez les dieron esas llaves a los adjudicatarios. Una forma de los habitantes de Rincón de Milberg de hacer sentir a los funcionarios de la alianza de derecha Cambiemos el esfuerzo del barrio por obras que debieron haberse entregado mucho antes.

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