miércoles, 20 de noviembre de 2013

Quién es el creador del pingüino que tanto emocionó a Cristina

Se trata de Federico García Caffi, 20 años, estudiante de derecho y dirigente estudiantil. La presidenta destacó el regalo en el discurso que se transmitió el lunes por la web.
 
 
Federico García Caffi arrancó el lunes con un pálpito: “Hoy es el día”, se dijo. La presidenta volvía a sus funciones, luego de más de cinco semanas de licencia, y para alentarla en ese regreso, sintió que debía regalarle ese pingüino gigante que armó con sus compañeros para las Fiestas Patronales de Pilar. Era media mañana cuando se encontró frente a la residencia de Olivos. "Traigo un regalo para Cristina", anunció ante los guardias y dejó el muñeco a una asistente que lo atendió de manera amable. 
 
“Misión cumplida”, debe haber pensado el dirigente del Frente Estudiantil de la Cámpora en Pilar, aunque no estaba seguro de que el regalo efectivamente llegaría a manos de la mandataria. Sin embargo, la misión de aliento presidencial tuvo un desenlace mucho más feliz que el que Federico imaginó.
 
Estaba en su casa en Pilar, mirando la televisión con Santiago, otro amigo y compañero de militancia, cuando vio a su pingüino sentado al lado de la presidenta.
 
La alegría del joven militante llegó a su clímax al ver que Cristina tomó el pingüino de peluche y lo sentó a su lado. “Me encantó este muñeco que me mandó Federico García Caffi, un joven militante de Pilar, que además me mandó una carta preciosa”, decía Cristina frente la cámara manejada por su hija Florencia.
 
Desde entonces, el teléfono de Federico sonó todo el día y los saludos de felicitaciones fueron constantes. “Sentí que teníamos que hacerle un mimo a la presidenta”, dijo ayer García Caffi en diálogo con la prensa.
 
La historia del pingüino 
 
El ahora famoso muñeco fue creado para la feria de las Fiestas Patronales que se realizaron el 11,12 y 13 de octubre en la plaza central de Pilar.
 
La municipalidad, como todos los años, brinda una serie de puestos para que los alumnos secundarios organicen muestras y ventas de objetos con una temática -la de este año fue el far west y el cowboy- afín de que los pibes puedan juntar fondos para su viaje de egresados. 
 
“Cuando nos enteramos que la temática era extranjera, sentimos todavía más la necesidad de poner un puesto Nac & Pop. Y así lo hicimos. De un lado, el puesto, tenía imágenes que representaban a los desaparecidos, pañuelos de las Madres, lápices gigantes -por 'La Noche de los Lápices'- una urna por el voto a los 16 y algunas netbooks hechas en goma eva”, recuerda Federico. La idea era mostrar que los jóvenes no sólo se movilizan con el fin de recaudar fondos para un viaje de egresados, sino que también somos convocados por la política.
 
Entre todo ese collage de imágenes que rodeaban al puesto del Frente Estudiantil La Cámpora, se podía ver el pingüino gigante hecho por los propios militantes. El muñeco es tan vistoso que muchos de los que recorrían la feria querían comprarlo. Pero Federico palpitaba desde entonces que el peluche correría una suerte más emotiva y menos comercial. “La presidenta ya estaba de licencia y tenía la idea de mandárselo en algún momento”, recuerda el joven. 
 
Además del pingüino, Cristina destacó entre la cantidad de regalos recibidos unas flores que le mando Hebe de Bonafini -presidenta de Madres- y una carta que le mandó Demián Martínez Naya, un militante del PRO que fue golpeado en la marcha opositora del 18 de abril (18A). También mostró a Simón, el perro nacional venezolano, que le acercó el hermano de Hugo Chávez.
 
Fiel a su estilo y, en su vuelta a las pistas, la mandataria se mostró rodeada de símbolos: los derechos humanos, la pluralidad política, la Patria Grande y la militancia juvenil, resumida en ese simpático pingüino que Federico acercó hasta la puerta de la Residencia de Olivos, sin imaginar que sería uno de los objetos que más emocionó a la mandataria. Suerte de militante que le dicen.

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