sábado, 19 de marzo de 2016

En el gabinete del régimen ya hablan de Quintana como el jefe de Prat el Gay

EL VICEJEFE DE GABINETE TIENE CADA VEZ MÁS INFLUENCIA EN EL ÁREA ECONÓMICA Y REDUCE EL PAPEL DEL MINISTRO CASI AL DE UNA FIGURITA DECORATIVA.

El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, ya es mencionado en el régimen macrifascista como el jefe real del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat el Gay. Es que el funcionario gana cada vez más poder y su influencia ya trasciende a varios ministerios, al punto que algunos empiezan a verlo como un superministro.

El crecimiento de Quintana es proporcional al enfriamiento de la relación de Prat el Gay con Macri y Marcos Peña. El ex hijastro de Flavia Palmiero no tolera algunos aires del ministro y el jefe de Gabinete está furioso porque no se somete a su liderazgo. La primera y más evidente muestra de eso fue cuando lo borró de la cobertura de la gira por Davos, y ahora quiere quitarle parte del manejo del Presupuesto.

Macri y Peña le dieron juego en la negociación con los buitres y Quintana terminó copando una conferencia de Prat el Gay para aclarar que el éxito del acuerdo no era mérito de “algún iluminado”, en referencia a quien estaba sentado a su lado. Esta semana, el vicejefe de Gabinete terminó siendo el negociador de la Rosada ante Sergio Massa.

Pero además del área económica, Quintana gana influencia en otros ministerios. El funcionario empezó a poner un pie en Producción, que dirige Francisco “Pancho” Cabrera, haciéndose cargo de algunos temas referidos a industria. Lo mismo en el Banco Nación, que conduce Carlos Melconian.

Lo propio hizo en el Ministerio de Transporte, más concretamente en Aerolíneas. Macri se metió en la pelea entre Isela Costantini y Gustavo Lopetegui por el ajuste en la línea aérea, y terminó corriendo al segundo -un experto en el tema- y otorgándole la función de monitorear la gestión a Quintana.

Es por eso que en el Gabinete y en el mundo empresarial ya lo empiezan a ver como un superministro. En el ambiente empresarial comentan que Quintana opera como si fuera el jefe y Prat  el Gay su secretario. “No está claro quién es el jefe de quién”, señalan.

Tal es el avance de Quintana que ya se especula que podría en un futuro ser candidato a reemplazar al albacea de la fortuna de la familia Fortabat al frente de la cartera de Hacienda. Desde hace semanas corre el rumor de que el ministro podría dejar su lugar después de cerrar definitivamente el acuerdo con los buitres, tras lo que vendrá la parte más impopular de la gestión: concretar el ajuste. Pero el vicejefe de Gabinete se siente más cómodo en su lugar y, de hecho, su influencia va mucho más allá de Hacienda y Finanzas.

Quintana es un novato en la política pero tiene un largo pasado como ejecutivo. En los '90 trabajó junto a Lopetegui en McKinsey, una firma importante de auditorías. Luego se mudó al Grupo Sophia, una fundación política fundada por Horacio Rodríguez Larreta que se dedicó a asesorar a distintos municipios en eficiencia de gestión y que trabajó en la reforma del IPS. De allí surgieron varios dirigentes que hoy ocupan lugares importantes del PRO-

Más tarde, Quintana volvió al mundo empresarial y en el año 2000 cofundó Pegasus, un fondo de inversión que tuvo bajo su órbita a firmas importantes del mercado local. Allí forjó su experiencia para ir a negociar con otros fondos de inversión, los holdouts. Uno de sus mayores logros como empresario fue la creación, en 2001, de la cadena Farmacity.

El dato más importante de sus antecedentes es su cercanía a Rodríguez Larrata, que es a su amigo. Si hay alguien a quien responde políticamente Quintana no es a Peña sino al jefe de Gobierno porteño, aunque en la Rosada creen que no responde a nadie.

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