jueves, 24 de abril de 2014

Hebe de Bonafini inició la semana de actividades conmemorativas por el 37º aniversario de las Madres

La titular de Madres de Plaza de Mayo participó de una recorrida por el barrio La Carbonilla, en La Paternal, donde militantes, organizaciones sociales, el Ministerio de Defensa y la Comisión Nacional de Tierras colaboran en tareas de urbanización.

"Cuando uno se junta las cosas salen", resumió Bonafini para explicar el trabajo que realizan desde el año pasado para que 1.500 vecinos de La Carbonilla puedan contar con servicios esenciales como cloacas, agua potable, pavimentos y disfruten de espacios de esparcimiento.

En el barrio, lindante con las vías del ferrocarril San Martín, los vecinos recibieron la ayuda a partir de la convocatoria de las Madres a las organizaciones sociales y al ministro de Defensa, Agustín Rossi, que permitió que más de la mitad de sus habitantes ya cuenten con cloacas y ya empiecen a soñar con el trazado de calles y veredas y de espacios verdes para que jueguen los chicos.

"Desde hace dos años realizamos asambleas y charlas para incorporar el concepto de trabajar en la conciencia de cuidar el propio hábitat", explicó la legisladora porteña Paula Penaca al referirse a la tarea de concientización llevada adelante por La Cámpora, Batallón Militante, Kolina, Nuevo Encuentro y Militancia Social.

Bonafini, quien estuvo acompañada por representantes de una organizacion civil italiana de apoyo a las Madres llamada caravana Kabawill Pescara, señaló que "es una ilusión retomar el trabajo en los barrios y hacer en pequeña escala lo que querían nuestros hijos porque inclusión es tener agua, cloacas, plazas y niños felices".

"Soy como ellos, nací en un barrio peor que éste, con tierras tomadas y todo lo que eso representa, por eso desde que Néstor Kirchner planteó 'otro ejército' me sumé a esa transformación", dijo al fundamentar la convocatoria al ministro de Defensa.

Una vecina de nombre Gladys hace veinte años que vive en la Carbonilla y recuerda las épocas de casas de madera, rodeadas de yuyos, retretes y agua contaminada.

"Somos los olvidados de la Ciudad y Hebe pensó en nosotros, puso su mano y entre todos tratamos de vivir en un lugar habitable", afirmó Rocío, con tres hijos y dos años en el barrio.

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