Editorial. Por Eduardo Di Cola
Las contradicciones de los opositores
son evidentes en aspectos centrales. No
acordaron en cuestiones sobre los que deberían coincidir si es que realmente
tienen una visión cuanto menos parecida de modelo de país.
Se opusieron al gobierno y a su vez marcaron
diferencias entre sí en proyectos en los que la ideología forma parte de la
variable esencial en la toma de decisiones.
Entre muchos otros retumbaron por
sus contradicciones en la estatización de AFJP e YPF, Matrimonio igualitario,
reforma de la carta orgánica del BCRA, ley de medio audiovisuales, ratificación
transferencia del Subterráneos a la ciudad de Buenos Aires, declaración de
interés en la fabricación de papel para diarios, etc.
No coincidir en estos asuntos implica
estar identificado con idearios que llevan a transitar la política por veredas diferentes.
Legítimo desde cada uno, resulta
absolutamente incoherente pensado en términos de alianza entre ellos.
Curiosamente las discrepancias no
terminan allí. Se debatieron propuestas respecto de las cuales por estar diluida la
carga ideológica tuvieron la oportunidad de mostrar unidad de concepción. Pero
desistieron y reiteraron la actitud de marcar sus propias distancias.
A modo de ejemplo, cabe mencionar que, en conmemoración del bicentenario de la
Asamblea del Año 13 y la Batalla de Salta, se establecieron a través de sendos
proyectos, feriados extraordinarios por única vez para los días 31 de enero y
20 de febrero. Donda, Solá, Bullrich Luro Pueyrredón (*), Prat el Gay (*), Pino Solanas, Stolbizer,
Carrió, repitieron sus desacuerdos.
Incluso hubo casos que refiriéndose a igual materia y con las mismas
características y lógica, votaron distinto consigo mismo.
Abordemos un ejemplo más para hacer más
explícito lo que se señala: se trata de dos proyectos en materia de defensa. Ambos para autorizar la salida al extranjero de
tropas argentinas de conformidad con tratados internacionales. Uno referido al
programa denominado Ejercicios Río V y Tanque 12 y el otro por misiones a Haití
en el marco de la ONU. Pino Solanas,
Donda y Stolbizer en uno votaron afirmativo y en el otro negativo. Prat el Gay (*) en
uno se opuso y en el otro se abstuvo. Carrió y De Narcováez (*) votaron uno a favor,
ausentándose en el otro.
Ya no se trata de la imposibilidad de
alcanzar un mínimo de coherencia de conjunto.
No logran mantener su propia línea.
Disienten hasta consigo mismo.
(*): LA DEFORMACIÓN DE APELLIDOS ES RESPONSABILIDAD DE LA REDACCIÓN DE CURRIÍN Y NO DEL AUTOR DEL EDITORIAL.
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