Lo hará ante a la iniciativa legislativa que busca consolidar todas las propuestas que existen en el Congreso sobre este tributo. La central obrera busca aliviar así la carga del impuesto que recae sobre la franja de los asalariados registrados que recibe sueldos bajos y medios. Esta semana se reúne la mesa chica cegetista para analizar el desarrollo de este tema.
Cuando aún perdura el desencanto por no haber logrado la exención del Impuesto a las Ganancias para el medio aguinaldo, desde la CGT que conduce el metalúrgico Antonio Caló planean volver a la carga con el reclamo que actualmente unifica al universo sindical, esto es, la reducción de la carga de dicho impuesto sobre el escalafón de menores ingresos.
Para ello, los dirigentes "rescatarán" una iniciativa aprobada por la central obrera a fines del año pasado y que pretende, entre otros aspectos, compensar la pérdida de ingresos del Estado a partir de la aplicación de gravámenes sobre la renta financiera, cuestión que actualmente monopoliza el discurso electoral de las distintas fuerzas políticas.
El proyecto en cuestión surgió en el seno del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), más concretamente en el área a cargo de Horacio Ghilini, secretario de Políticas Económicas de la CGT. Además de elevar el umbral salarial a partir del cual se comienza a tributar Ganancias –que hoy se ubica en 6939 pesos neto para los solteros y 9597 pesos neto para aquellos trabajadores casados con dos hijos–, la iniciativa introduce modificaciones en los tramos de las escalas, es decir, los topes a partir del cual se establece el mayor o menor nivel que debe pagar el asalariado y que, obviamente, tienen un carácter progresivo (a mayor ingreso, mayor tributación).
Para compensar esa disminución de ingresos que percibe el fisco, el proyecto incorpora un impuesto a las transacciones financieras que se llevan a cabo tanto en la Bolsa de Valores como en el Mercado Abierto Electrónico. Según el documento, la aplicación de un tributo del 1% sobre las transacciones en Forex (mercado de divisas), Renta Fija, Derivados y Bolsa de Comercio, más un impuesto de 0,0001 en las operaciones REPO (compra temporal de activos financieros) habría implicado un aumento de $ 132.290 millones en la recaudación fiscal de 2011. Además, duplica las retenciones a la exportación de productos mineros y un revalúo fiscal sobre la propiedad rural, y agrega deducciones, entre ellas el pago de alquileres para vivienda familiar. Fue acercado al Poder Ejecutivo a fines del año pasado, aunque sin mayor suerte.
"La idea sería compatibilizar este proyecto con los que tengan nuestros compañeros de bloque en la Cámara de Diputados, no creo que haya demasiada distancia ideológica entre unos y otros", explicó Norberto Di Próspero, de la Asociación de Personal Legislativo y miembro del Consejo Directivo de la CGT. Otro jefe de la CGT fue contundente acerca de la estrategia de la central obrera: "Cuando hay demasiada presión de nuestro lado, la iniciativa se pincha, además es necesario que pase por el Congreso", indicó, demostrando su cabal conocimiento de los complejos avatares que marcan la relación entre la central obrera y el gobierno nacional.
Por lo pronto, la mesa chica de la CGT que integran los sectores del MASA, los llamados "Gordos" y los "independientes", mantendrá un encuentro esta semana para analizar las distintas alternativas por Ganancias, hoy por hoy el principal reclamo de las distintas corrientes sindicales.
"En todas partes del mundo el sector financiero paga impuestos, creo que es algo con lo que nadie puede estar en desacuerdo. Sabemos que son sectores fuertes que tienen su poder de lobby, pero este gobierno está acostumbrado a tomar estos desafíos", explicó Oscar Romero, dirigente de SMATA y actual candidato a diputado del Frente para la Victoria por la provincia de Buenos Aires.
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