"Al paso que van las cosas en la Argentina, la presidenta Cristina Kirchner no termina su mandato". Esas son las palabras de un economista que el matutino de los Mitre publicó en su edición de ayer.
No es sorprendente que el diario que tradicionalmente apoya a los gobiernos militares fogonee a través de un economista su posición sobre el gobierno de Cristina Fernández.
En una nota publicada ayer, titulada "Buitres: esperan el fallo luego de 2015", el economista de la American University, Arturo Porzecanski, previno que "al paso que van las cosas en la Argentina, la presidenta Cristina Kirchner no termina su mandato".
El diario utiliza así las palabras del economista para dar su verdadera opinión. La lógica es la de una "editorial encubierta".
Porzecanski fue uno de los cinco expositores de un seminario que el instituto CATO, con sede en la ciudad de Washington, dedicó a la cuestión del litigio por la deuda argentina. En ese marco, el letrado dio el diagnóstico que, dado su historial, a La Nazión no le incomodaría compartir.
Continúa la nota del pasquín reaccionario: "En un duro diagnóstico, (Porzecanski) subrayó que el Gobierno 'ha perdido el control de muchas cosas', pero que, en los últimos días, se hizo evidente que 'sumó también la pérdida del control en las calles'".
No satisfecho con esas palabras, el economista hizo un paralelo con el deslegitimado gobierno de Fernando De la Rúa: "'Cuando un gobierno pierde el control de las calles, es lo mismo que escuchar una voz que dice «señora, su helicóptero está listo»', sostuvo, en referencia a la nave en la que Fernando de la Rúa abandonó la Casa Rosada en diciembre de 2001".
No sorprenden este tipo de cosas de un diario donde escriben periodistas como Joaquín Morales Solá, quien trabajaba en La Gaceta de Tucumán y era corresponsal de Clarín en esa provincia durante la dictadura. De hecho, se publicaron varias informaciones -según la agencia Paco Urondo- que daban cuenta de la estrecha relación que habría mantenido el actual columnista estrella de La Nazión con el represor Vilas y con quien lo sucedió en sus genocidas tareas, Antonio Domingo Bussi.
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