La estatua fue bajada con una grúa del monumento que se halla detrás de la Casa de Gobierno, mientras inspectores de Espacio Público de la Ciudad, sin acceso al sitio, observaron la acción preocupados porque fuera trasladada del lugar.
La estatua, de unos 10 metros de altura, quedó sobre una tarima de madera y hierro, al costado del emplazamiento de la enorme base del monumento, junto a dos grúas que permanecían dentro del predio delimitado por altas rejas, en el espacio trasero de Casa Rosada.
Con lingas de seguridad pasadas por debajo de los brazos de la figura que representa al navegante genovés, y otras sosteniendo la cabeza de la estatua, una inmensa grúa elevó el monumento para después depositarlo debajo de su pedestal.
El procedimiento comenzó pasado el mediodía y una vez sujetada la estatua, en pocos minutos tocó tierra la enorme figura, que finalmente fue acostada de espaldas sobre la tarima.
La estatua de Colón motivó recientemente una controversia entre los gobiernos nacional y porteño, ya que este último se negaba a trasladarlo a otro sitio para poner allí un monumento a Juana Azurduy que el gobierno boliviano obsequió a la Argentina.
La intención anunciada por el gobierno nacional es la de trasladar el monumento a Colón a la ciudad de Mar del Plata, para lo que ya existieron contactos con la comunidad italiana de la ciudad balnearia, la más numerosa de Mar del Plata.
El gobierno porteño, por contrapartida, rechazó el traslado y motorizó una ley en la legislatura porteña proponiendo que el monumento a Juana Azurduy sea emplazado en el Parque Indoamericano entre los barrios de Villa Lugano y Villa Soldati.
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