En su primer discurso como presidente electo, 10 días antes de asumir la primera magistratura, fecha de la cual se cumplen hoy 11 años, Néstor Kirchner trazó las líneas maestras del discurso político que marcó la década.
En aquel mensaje inaugural ante la prensa, Kirchner anticipó también su promesa de no dejar “las convicciones en la puerta de la Casa Rosada” que realizaría en su primer discurso ante la Asamblea Legislativa el 25 de mayo de 2003.
Un mes antes, el 27 de abril de 2003, la fórmula Kirchner-Scioli había obtenido el 22,24 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales, ingresando al ballotage detrás del binomio Turco innombrable-Romero, que obtuvo el 24,45 por ciento de los sufragios encabezando el Frente por la Lealtad-Ucedé.
El 14 de mayo, exactamente 14 años después de haber sido elegido presidente por primera vez y 8 años después de haber sido reelecto, el riojano mufa renunció públicamente, a través de un video, a participar de la segunda vuelta electoral.
La deserción del ex mandatario riojano transformó inmediatamente a Néstor Kirchner en presidente electo, y motivó ese mismo día la primera declaración del santacruceño en ese carácter, en un discurso en el que se definió como parte de “una generación que no se dobló ante la persecución, ante la desaparición de amigos y amigas y ante el mayor sistema represivo creado en nuestro país”.
“Tenemos la fuerza de aquellos que nos incorporamos a la política porque este país creíamos que se podía cambiar”, reafirmó y esbozó el borrador de la que sería una de las frases más recordadas de su discurso de asunción en el Congreso, días más tarde: “Esas convicciones no las voy a dejar en nombre del pragmatismo en la puerta de entrada de la Casa Rosada”.
“No he llegado hasta aquí para pactar con el pasado. Ni para que todo termine en un mero acuerdo de cúpulas dirigenciales; no voy a ser presa de las corporaciones”, subrayó Kirchner, quien además afirmó que “tenga el pueblo argentino la certeza de que quien les habla está decidido a dar vuelta la página de la historia”.
En aquel mensaje, Kirchner condenó la renuncia del innombrable a participar del ballotage con una categórica caracterización de su periodo como jefe de Estado.
“Primero les robó a los argentinos el derecho a trabajar, luego el derecho a comer, el derecho a estudiar, el derecho a la esperanza. Ahora vino por el último de los derechos ciudadanos que quedaba en pie: votar”, disparó Kirchner.
“Las encuestas que unánimemente le auguran una derrota sin precedentes en la historia electoral de la República permitirán que los argentinos conozcan su último rostro, el de la cobardía. Y sufran su último gesto, el de la huida”, añadió.
Sin embargo, el santacruceño apuntó más allá de Menem, al calificar el retiro del riojano como “absolutamente funcional a los intereses del grupo y sectores del poder económico que se beneficiaron con privilegios al amparo de un modelo de especulación financiera y subordinación política”.
“A esos mismos intereses que cooptaron el Estado y compraron la política, a esos mismos intereses que corrompieron a los dirigentes y arruinaron la vida de los ciudadanos tributa esta huida”, precisó.
“Quiero que sepan todos los argentinos que entre todos un nuevo tiempo está a punto de comenzar”, dijo Néstor Kirchner al finalizar su primer mensaje como presidente virtualmente electo, que cerró con tres palabras: “Viva la Patria”.
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