martes, 25 de junio de 2013

Somos muchos y los conocíamos poco

Editorial - Por Soledad Sganga
 
Si hay algo que no puede negarse, es que a partir del 2003, la política volvió al centro de la vida de cada uno. Luego de años de la instalación por parte del neoliberalismo de la antipolítica, la sociedad se vio interpelada por la política.
 
Gracias a esa politización, fue posible hacer visibles a aquellos que durante décadas fueron invisibilizados. 
 
Gracias a las diferentes políticas sociales se hicieron visibles a través del reconocimiento de sus derechos a millones de madres y padres que gracias a la Asignación Universal Por Hijo, pueden llevar a sus hijos a la escuela no ya a comer sino a estudiar, y estar cubiertos con los controles de salud obligatorios. Ésos niños, también pudieron ver como sus padres progresaban y conseguían trabajo. 
 
Gracias a la restructuración de la deuda y el pago al FMI, se pudo mejorar la calidad de vida de millones de argentinos, con obras de infraestructura, como caminos, rutas, hospitales, escuelas, universidades, gasoductos, etc. 
 
Gracias a una ley votada por el parlamento, las personas del mismo sexo hoy en Argentina pueden casarse y contar con los mismos derechos que una pareja heterosexual. 
 
Millones de personas fueron visibilizadas y por tanto, poco a poco, se les fue devolviendo derechos que les fueron negados durante décadas.
 
Hoy podemos ver cómo la realidad de esas personas ha cambiado y mejorado. Podemos ver a los chicos volver de la escuela con su netbook, podemos ver cómo los controles de salud mejoran la calidad de vida de todos. 
 
Sin embargo, así como pudimos y podemos ver todos los días ésta realidad, la de ver a compatriotas haciendo pleno uso de sus derechos que están garantizados por el Estado, también vimos otra realidad.
 
Al encontrarse la política en el centro de la vida de la sociedad, por encima y no ya subordinada a la economía, se tocaron a sectores que nunca antes habían sido tocados. Sectores de poder que también fueron deliberadamente invisibilizados.
 
Durante el conflicto de la 125, pudimos conocerles las caras a los jerarcas, del mal llamado campo. Conocimos no solo sus caras sino también sus intereses, su egoísmo, su proyecto de país. Ellos hasta el día de hoy, a pesar que desde hace casi 10 años no se remata un lote de campo, que han engrosado sus ganancias exponencialmente, quieren volver al modelo del 1900, un modelo exclusivamente agroexportador, modelo con el cual se perderían miles de puestos de trabajo. Y se los ha visto tirar litros y litros de leche, toneladas de comida, al tiempo que todavía teníamos latente el recuerdo de los saqueos y del hambre. Se han hecho visible también el origen de cada uno de los representantes de la Mesa de Enlace. Sus vínculos con el proceso más nefasto y doloroso de nuestra historia. Ya los conocemos, sabemos quienes son, de donde vienen y que intereses representan cuando gritan y reclaman contra la inflación, el estatuto del peón y el aumento de precios. Siendo ellos uno de los principales sectores donde se concentra la mayor cantidad de trabajo informal, explotación, siendo el sector que tiene en su poder la formación de precios debido a su importante participación en la cadena de valor. Conocimos también a ese vicepresidente que ni la valentía tuvo de decir “negativo”.
 
Con la Ley de Medios, sucedió lo mismo. Una ley ampliamente debatida y votada por el parlamento y con una gran aceptación por parte de la sociedad, votada hace 4 años, no puede ser implementada plenamente por medidas judiciales por parte del Grupo Clarín ante la posibilidad de perder parte del oligopolio que formó a fuerza de negociados manchados de sangre y a fuerza de la compra de medios a precio vil en connivencia del poder político de turno.
 
Gracias a la Ley de Medios, conocimos la verdadera cara de Magnetto, de Aranda, Rendo, Mitre, con la apertura de la causa de Papel Prensa también pudimos conocer la terrible historia detrás del control de papel. Ellos también eran invisibles, tanto como sus actos. 
 
Gracias al paquete de leyes enviado al parlamento y votado en su totalidad en referencia a la democratización de la justicia, también conocimos los intereses y vínculos que existen entre los sectores de poder y el poder judicial. Pudimos ver también cuales son sus intereses y quienes responden al declarar la inconstitucionalidad de una de las leyes, amparándose en la Constitución Nacional y en la división e independencia de los distintos poderes del Estado, cosa que en la vida real quedó a la vista que no sucede.
 
Ya sabemos quien es quien, a quienes responden, que intereses defienden. Y esto es el resultado de haber tocado uno a uno a los sectores de poder que se creían intocables. Y sin embargo, aquí están a la vista de toda la sociedad.
 
Por eso… Somos muchos y los conocíamos poco.
 
 

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