Por Raquel Roberti, para revista Veintitrés
El diputado nacional por Frente Peronista comenzó el trabajo para renovar su banca con un ultimátum: “Ella o vos”.
Una dicotomía para convocar a los argentinos cansados a terminar con las dicotomías.
Esa es la paradoja del slogan que eligió Francisco de Narcováez para lanzarse en una campaña que busca mantenerlo en la banca de diputado nacional que ocupa en la Congreso por el partido Unión Celeste y Blanco.
Pero hay algo peor todavía: “Ella o vos” suena a ultimátum –ese tan escuchado en las series policiales como justificación de un crimen, estilo “disparé porque era él o yo”– y si se le suma la frase final, “nos guste o no, no hay más opciones. Es ella o vos. Y nosotros estamos con vos”, la proclama constituye prácticamente una amenaza.
Será por eso que De Narcováez tuvo que explicar, casi al mismo tiempo que sus afiches cubrieron los laterales de las autopistas, que “jamás está en mi intención ser violento, pero hay que ser claro. Acá hay dos países. Y hay que defender el país en el que yo creo” (¿será obligación?). Y agregó: “Tenemos que resolverle los problemas a la gente. Si alguien lo tomó como algo agresivo, me disculpo. No es el lanzamiento de la campaña”.
La última aclaración es la apertura del paraguas antes de que llueva: De Narcováez niega que la movida de marketing sea parte de la campaña en vista a las elecciones legislativas de octubre próximo porque el Código Nacional Electoral la prohíbe expresamente antes de los 60 días de la votación. Es curioso que quien infringe las leyes vigentes llame a construir “una fuerza política que plantee el respeto por la Constitución”.
Además de los afiches, el titular de Unión Celeste y Blanco publicó una solicitada bajo el mismo título en los diarios Clarín y La Nazión, en la que detalla un poco más su mensaje. Habla de “el país de Ella” (sic) en referencia a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, pintándolo como inseguro, inflacionario, corrupto y prepotente, un país “sometido a los caprichos de una Presidenta que pretende reformar la Constitución para perpetuarse en el poder, y que gobierna según el humor con el que se despertó a la mañana. Un país con una realidad que nos da bronca y miedo”. Y contrapone “el otro país, el tuyo, el nuestro”, al que define como “con esperanza, que sabe lo que nos está pasando, en el que son mayoría los que desean vivir tranquilos y en paz, que no es de nadie porque es de todos, en el que se respeta la Constitución nacional”.
Según De Narcováez, “el país de Ella” exige “a los políticos que seamos menos políticos y más personas”. Resulta difícil imaginar un cuerpo político menos político que el actual, que no contrapone ideas, proyectos ni modelos sino que se basa en descalificar al otro porque no piensa de la misma manera.
De todas formas, se entiende el apresuramiento de De Narcováez por comenzar la batalla de los votos. En los últimos meses no sólo perdió “capacidad de seducir”, según su ex compañera de fórmula Mónica López, sino que también la perdió a ella: López, al igual que la Liga Peronista Bonaerense del lomense Osvaldo Mércuri, saltó a las filas de Sergio Massa, intendente de Tigre, competidor directo del narcolorado.
Ante el abandono de los aliados (y bastiones en la Tercera Sección Electoral), ¿quién no sentiría bronca y temor?
NdR: la deformación de apellido del diputado por el frente peronista y la referencia a él como "el narcolorado", son responsabilidad de la redacción de Currín On Line y no de la autora de la nota.
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