lunes, 16 de diciembre de 2013

En cuatro años, el poder adquisitivo de la Asignación Universal por Hijo creció más del 40 por ciento

El poder adquisitivo de la Asignación Universal por Hijo (AUH) creció en más de 40 por ciento desde el comienzo de su aplicación a fines de 2009 hasta ahora, período en el cual superó a la suba de precios y permitió a las familias comprar cada vez una mayor cantidad de alimentos de la canasta básica.
 
En 2009, cuando el Congreso votó la iniciativa enviada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la AUH se inició con una asignación de 190 pesos por cada hijo.

En 2010, esa cifra pasó a 220 pesos, con un incremento interanual de 22,2 por ciento; al año siguiente se ubicó en 270 con un aumento de 22,7; y en 2012 fue de 340 pesos y una suba de 25,9.

Este año, la AUH se fijó en 460 pesos, registrando el mayor aumento interanual desde sus comienzos: 35,3 por ciento.

En capacidad adquisitiva, esta asignación aumentó en un 42 por ciento en los principales productos que conforman la canasta básica.

Así surge de los precios al consumidor recabados por Télam de anuncios publicados entre 2009 y 2013 en los diarios Clarín y La Nación, y de estadísticas del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), del Centro de la Industria Lechera (CIL), del Defensor del Pueblo de Córdoba y del Mercado Central.

Así, en cuatro años, la AUH pasó de poder comprar 61 litros de leche a 77; de 9 kilos de asado a 13; de 72 paquetes de azúcar a 82; de 24 docenas de huevo a casi 30; y de 38 botellas de aceite a 56.

También logró incrementar su poder de compra del pollo, de 19 a 25,5 kilos; del queso fresco de 10 a 16,5 kilos; del tomate, de 28 a 50 kilos; y de la yerba, de 10 a 15 paquetes.

Sólo dos productos tuvieron alzas de precios tan elevadas, producto del abuso en la posición dominante de la industria y de la reticencia de los comerciantes a convalidar valores accesibles al consumidor.

Se trata de la harina y del pan, cuyos incrementos afectaron también el poder de compra de los salarios de los trabajadores y las jubilaciones.

En este caso, con la AUH, se pasó de comprar 112,5 kilos de harina en 2009 a 66 en 2013; y de 33 kilos de pan a 31.

De todos modos, en el global del consumo de los productos de la canasta básica, queda un saldo netamente favorable al beneficiario de la Asignación que pudo año a año incrementar la cantidad de alimentos en la dieta de la familia, con la consecuente mejora en la nutrición de los chicos, principales destinatarios de una de las medidas más inclusivas que haya tenido la sociedad argentina, tomada como ejemplo e imitada en el resto de la región.

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