martes, 17 de diciembre de 2013

El nuevo jefe de la policía de Córdoba pidió disculpas por lo ocurrido

El nuevo jefe de la Policía cordobesa, Julio César Suárez, reconoció ayer que lo sucedido entre el 3 y el 4 del corriente, cuando la fuerza provincial se acuarteló, es doloroso y da vergüenza, razón por la que pidió disculpas a la sociedad.
 
"Pedimos disculpas y nos sentimos avergonzados", manifestó a la prensa el comisario, quien agregó que "la sociedad está enojada con la Policía y tenemos que hacer autocrítica. Si no, no vamos a poder arrancar. Queremos pedir disculpas a la sociedad por lo que pasó".

En el mismo sentido, Suárez manifestó que "estamos para garantizar la tranquilidad, sabemos que somos servidores públicos", tras lo cual agregó que, al asumir, encontró "gente con ganas de trabajar y cambiar la historia, para volver a ser una Policía confiable y una de las mejores del país".

"No puede volver a repetirse este problema", enfatizó el comisario, que añadió: "el próximo 20 del corriente no ocurrirá nada, estaremos en la calle y aseguraremos la tranquilidad de la ciudadanía".

Por otra parte, Suárez expresó que seguirán trabajando y "colaborando con la Justicia" Federal para que se esclarezca la causa en la que se investigan presuntos vínculos de altos jefes policiales con una red de narcotraficantes.

"Si estos policías son considerados culpables tendrán que ir a la cárcel, pero, si no es así, tendrán que volver a trabajar. Y vamos a confiar ciegamente en la Justicia, porque necesitamos que se expida en algún momento para estar tranquilos", dijo Suárez.

Durante los últimos meses, como consecuencia de la investigación en marcha y por supuestas vinculaciones con el narcotráfico, fueron detenidos ochos altos jefes; entre ellos el extitular de Drogas Peligrosas, el comisario Rafael Sosa; el comisario Alberto Saine; el oficial Franco Argüello, y los suboficiales Fabián Peralta Dátoli y Mario Osorio.

Por su parte, el acuartelamiento concretado por la Policía entre el 3 y el 4 del corriente generó que, durante esos días, hubiera robos y saqueos, que afectaron a más de 1.000 comercios en la capital cordobesa, aprovechando la falta de seguridad.

Los hechos de violencia, ocurridos en numerosos puntos de la capital cordobesa, dejaron el saldo de un muerto y de más de un centenar de heridos a raíz de los enfrentamientos entre los saqueadores y vecinos y dueños de negocios que trataban de impedirlo.

Tras el acuartelamiento y los saqueos, el gobernador, José Manuel de la Sota, renovó buena parte de su gabinete, lo que incluyó la puesto en funciones a la nueva cúpula policial, ocasión en la que designó como jefe de la fuerza de seguridad a Suárez, en reemplazo del renunciante César Almada.

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