Mientras el ex ministro de Economía Roberto Lavagna y el líder de la CGT opositora, Hugo Moyano, tomaban distancia del procesado jefe de gobierno porteño, Mugrizio Macri, por la represión en el Hospital Borda, el líder del PRO se fue a la localidad bonaerense de Tandil para mostrarse con candidatos partidarios de 50 municipios de la provincia de Buenos Aires.
Allí enfrentó los cuestionamientos del peronismo disidente y aseguró que el PRO continúa "a paso firme su construcción nacional junto a dirigentes justicialistas, radicales y de otros sectores que nunca participaron en política para darle a la Argentina una alternativa que piense en el futuro de sus hijos".
Fiel al planteo de Jaime Duran Barba y Marcos Peña de restarle importancia a los comicios de octubre de 2013, el ministro de gobierno de la comuna, Emilio Monzó, apuntó hacia 2015 y dijo que "Macri es el mejor candidato para las presidenciales".
Además, Monzó reiteró que hay "conversaciones avanzadas con sectores del peronismo, el radicalismo e independientes para conforman un frente electoral que le dé a los argentinos una alternativa al kirchnerismo".
A pesar de las afirmaciones, en ningún momento habló de las negociaciones que impulsa para que Lavagna comparta fórmula para senador nacional por la Capital junto a la diputada Gabriela Michetti, bajo un frente de peronistas y macristas que parece haber crujido antes de nacer, especialmente después de la crisis que desató la represión dentro del Borda.
Con tanto procesamiento encima, bueno sería que Macri empiece a dar alguna señal hacia el penal de Marcos Paz o, en su defecto, hacia el de Ezeiza.
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