sábado, 24 de mayo de 2014

Un jurado popular declaró culpable en Neuquén a un policía acusado de gatillo fácil

El jurado deliberó durante más de dos horas antes de dar a conocer su veredicto, que declaró culpable al policía Héctor Méndez por matar en 2012 a Matías Casas.

Integrado por amas de casa, panaderos, empleados de comercio, jubilados, albañiles y empleadas domésticas, el jurado deliberó durante más de dos horas antes de dar a conocer su veredicto, que declaró culpable al policía Héctor Méndez.

De esta manera, el policía permanecerá detenido hasta que la Jueza María Gagliano disponga la pena correspondiente.

Tras la declaración de los 24 testigos que estaban citados para el juicio oral, el fiscal Pablo Vignaroli y la querella pidieron que Méndez sea condado por el delito de homicidio doblemente agravado por el uso de arma y por su condición de policía.

A partir de ayer rige un plazo de cinco días hábiles para que las partes presenten las pruebas que consideren necesarias de cara a la fijación de la pena, que se concretará en el transcurso de una nueva audiencia.

Luego de haber escuchado los alegatos de las partes, la jueza María Gagliano mantuvo una reunión con los jurados a quienes explicó los puntos a tener en cuenta para llegar a un veredicto, con la presencia de la parte acusatoria y la defensa.

Un aspecto sobre el que hizo hincapie fue que debían determinar si se había probado que Matías Casas murió por acción de un arma de fuego; si el autor fue el acusado y si disparó con intención; si al momento del hecho Héctor Méndez era policía; si efectuó el disparo con el arma reglamentaria y si el día en que ocurrió todo, en forma consciente hizo uso indebido de la misma.

Según explicaron los investigadores, el hecho ocurrió cerca de las dos de la madrugada del 22 de julio de 2012, cuando la víctima se encontraba en una esquina con una mujer.

Las fuentes explicaron que Méndez llegó al lugar y, tras cerciorarse de que el hombre que se encontraba allí, a bordo de una moto, era Matías Casas, disparó al menos cuatro veces con su arma reglamentaria.

Dos de esos disparos dieron en el joven, que escapó un par de cuadras hasta caer al suelo.Allí fue asistido por vecinos y por un taxista, que llamó a la policía. Ante la mirada de los testigos, Méndez pateó la cabeza de la víctima, cuando aún se encontraba con vida.

Para rebatir esta teoría, la defensa a cargo del abogado particular Carlos Ronda planteó que la noche del homicidio Méndez estaba de licencia y que había bebido alcohol en exceso, por lo que no recordaba lo sucedido.

En cambio aceptó que el acusado tomó la decisión de ir a buscar a Matías Casas porque éste había amenazado a su hijo y que había actuado "como un padre y no como un policía".

El juicio realizado esta semana en Neuquén es el primero en el que interviene un jurado popular para juzgar a un policía, ya que hasta el momento sólo lo habían hecho en casos donde los acusados no tenían relación con las fuerzas de seguridad.

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