La investigación de un periodista muestra el dinero que giraron los militares a los medios más importantes de Chile, incluso a agencias internacionales como AFP, a cambio del ocultamiento de crímenes durante la dictadura.
A veces un título puede ser tan peligroso como un fusil. No es nada nuevo el poder que pueden ejercer los medios de comunicación, a veces informando, otras, solamente omitiendo alguna información y seleccionando lo que recibe la opinión pública.
El periodista chileno, Jorge Escalante, publicó esta semana en el diario de ese país, El Mostrador, una investigación realizada por él que estremeció a la sociedad chilena.
En la crónica se evidencia que los principales medios gráficos chilenos fueron financiados por la dictadura militar de Augusto Pinochet, que ocupó el gobierno de ese país durante 1973 y 1990.
Los documentos expuestos muestran que los medios recibían periódicamente cheques firmados por el general Manuel Contreras, jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA).
Los pagos efectuados por la DINA a los órganos de prensa, explican no sólo el ocultamiento en la información de estos medios acerca de los crímenes de la dictadura, sino también su complicidad.
Como muestra Escalante en su trabajo, los diarios informaron sobre supuestos enfrentamientos en los que murieron militantes de izquierda, cuando judicialmente quedó establecido que sus muertes fueron asesinatos y desapariciones.
De acuerdo a la investigación, medios de gran envergadura como El Mercurio, el Consorcio Periodístico de Chile (Copesa), eran financiados constantemente por los militares a través de un organismo de fachada de la policía política: la Dirección Nacional de Rehabilitación (DINAR).
Más allá de estos dos matutinos, también se confirmó que los diarios Las Ultimas Noticias, Diario Austral, La Nación, La Prensa, y El Día, también cobraron dinero de esa entidad.
Cabe destacar que El Mercurio fue junto al diario argentino La Nación, uno de los fundadores del Grupo de Diarios América, que integran medios conservadores de once países latinoamericanos.
Incluso, se denuncia en el informe que también recibieron pagos importantes agencias internacionales de noticias como United Press International, UPI y France Press, como también la agencia chilena por excelencia de ese momento, Orbe.
Todos esos medios, juntos o separados, figuran en documentos desclasificados de Estados Unidos como receptores de sumas millonarias en dólares giradas desde Washington por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y por el Departamento de Estado.
La información consta en la causa que investiga el asesinato en Washington de Orlando Letelier, el último ministro de Relaciones Exteriores del gobierno democrático de Salvador Allende (1970-1973).
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