lunes, 7 de marzo de 2016

El ataque a Nuevo Encuentro vuelve a dejar en evidencia a Bullrich y Burzaco

RODRÍGUEZ LARRATA ENVIÓ AL SAME Y A SU MINISTRO DE SEGURIDAD AL LOCAL BALEADO EN VILLA PARQUE. EL RÉGIMEN NACIONAL HIZO SILENCIO.

El régimen nacional mantuvo un inexplicable silencio sobre el grave episodio de violencia política que ocurrió el sábado a la noche en Villa Crespo, con un ataque a balazos a un local de Nuevo Encuentro que dejó dos heridos.

La agrupación política de Martín Sabbatella, aliada del Frente para la Victoria, repudió el atentado y recibió las expresiones de solidaridad de diversos partidos políticos. Pero llamativamente, luego de más de 24 horas de ocurrido el ataque no hubo ninguna declaración de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, ni del secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco.

El único funcionario importante del PRO que se expresó fue el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larrata, que no sólo repudió el ataque por Twitter sino que envió al SAME, a la policía Metropolinazi y a su ministro de Justicia y Seguridad, Martín Ocampo, al lugar de los hechos.

Los reflejos de Larrata dejaron una vez más en ridículo al ministerio de Bullrich Luro Pueyrredón, que ya había mostrado su torpeza con la fuga de los prófugos de General Alvear.

Pasado este mediodía de ayer, fuentes del Ministerio de Seguridad informaron que no tenían información sobre lo ocurrido, pese a que la noticia trascendió en los medios de mayor audiencia y fue difundida por todo el arco político. 

Para colmo, se desligaron del asunto y señalaron que lo que sucede en un barrio porteño “es competencia de Larrata”, como si el regreso de la violencia política no fuera un tema a condenar para el Ministerio de Seguridad de la Nación y el resto del Poder Ejecutivo.

Fuentes del régimen fascista indicaron que este episodio calentó la interna entre Bullrich Luro Pueyrredón y Rodríguez Larrata, quien no está a gusto con la gestión de la beoda ministra. Por otro lado, la pelea entre las competencias de uno y otro recuerda a los pases de factura entre el secretario de Seguridad de la era kirchnerista, Sergio Berni y el gobierno porteño de Mugrizio Macri. Lo curioso es que ahora ambas jurisdicciones las gobierna el mismo partido.

Esto no evitó que durante el fallido estreno del protocolo de la ministra para desarmar los piquetes, volvieran a cruzarse por lo bajo la Ciudad y la Nación, que no parece muy dispuesta a asumir las responsabilidades propias de su tarea.

Como sea, el episodio de Villa Crespo que marca un lamentable regreso de la violencia política -provenga de donde provenga- se suma al ataque a balazos de un local de La Cámpora de Mar del Plata, que ocurrió el sábado a la madrugada.

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