Más de 500 médicos expertos en Hepatitis de la Argentina alertaron sobre el avance silencioso de la epidemia de la Hepatitis C y celebraron el anuncio de un nuevo tratamiento que eleva las tasas de curación de los infectados a un 90 por ciento.
Así lo señala el documento final del Consenso de Hepatitis C 2013 organizado la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (A.A.E.E.H) que se desarrolló entre el 21 y el 23 de noviembre en la Ciudad de Buenos Aires y que convocó a los más prestigiosos especialistas en Hepatitis de Argentina.
El nuevo tratamiento, que llegaría en pocos meses a nuestro país, fue anunciado recientemente en Estados Unidos y se diferencia de los anteriores en que es más efectivo, tiene menor duración y no provoca efectos adversos.
En Argentina hay aproximadamente entre 600.000 y 800.000 personas infectadas con el virus pero la mitad lo ignora ya que es una enfermedad sin síntomas.
Una persona puede tener Hepatitis por décadas y no saberlo e inclusive puede sufrir súbitamente una cirrosis y cáncer de hígado.
"Alrededor del 1.5% de la población local y del mundo tiene Hepatitis C, y el virus es la causa principal de cirrosis, cáncer de hígado y de trasplante hepático en nuestro país", señalaron los médicos, en el documento.
En cuanto al nuevo tratamiento, los expertos señalaron que la incorporación de los antivirales de acción directa (A.A.D) cambiarán totalmente el panorama futuro de la enfermedad.
En este sentido, precisaron que "a fines del año pasado la A.A.E.E.H confeccionó guías con la incorporación de boceprevir y telaprevir como tratamiento de primera línea para el genotipo 1, con tasas de curación de la infección que promediaban el 70 por ciento".
"Actualmente los A.A.D elevan las tasas de curación a más del 90%, incluso en poblaciones consideradas de difícil tratamiento", informaron los hepatólogos.
Según la Asociación, la introducción de estas nuevas drogas genera una perspectiva más promisoria para las poblaciones especiales, es decir para los pacientes con insuficiencia renal crónica, cirrosis descompensada y en el pre y post trasplante hepático.
Además, los tiempos de tratamiento pueden acortarse y las estrategias terapéuticas libres de interferón son ahora una realidad próxima, aseguraron.
Las vías de transmisión principales del virus son las trasfusiones sanguíneas, la drogadicción endovenosa y en menor proporción la vía sexual.
La mayor parte de esos contagios se produjeron antes de 1990 cuando no existían las agujas descartables y en muchos pacientes no es posible determinar la vía de contagio.
Los médicos advirtieron que "este es un dato muy significativo ya que muchas personas pueden estar infectadas y no saberlo y en Argentina, se estima que sólo se han diagnosticado el 50% de los infectados".
En ese sentido, un punto clave del consenso fue cómo detectar a los enfermos no diagnosticados así como la importancia de la educación del personal de salud, de los médicos de atención primaria y de la comunidad.
La hepatitis C es una infección curable, por lo que el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado, evita las complicaciones graves de la enfermedad del hígado.
La hepatitis C no es sólo una infección, es una enfermedad que requiere de la experiencia del Hepatólogo, quien prioritariamente no debe sólo tratar esta infección viral, sino controlar el estado del hígado, prevenir complicaciones y aconsejar el mejor tratamiento para cada persona.
El nuevo tratamiento, que llegaría en pocos meses a nuestro país, fue anunciado recientemente en Estados Unidos y se diferencia de los anteriores en que es más efectivo, tiene menor duración y no provoca efectos adversos.
En Argentina hay aproximadamente entre 600.000 y 800.000 personas infectadas con el virus pero la mitad lo ignora ya que es una enfermedad sin síntomas.
Una persona puede tener Hepatitis por décadas y no saberlo e inclusive puede sufrir súbitamente una cirrosis y cáncer de hígado.
"Alrededor del 1.5% de la población local y del mundo tiene Hepatitis C, y el virus es la causa principal de cirrosis, cáncer de hígado y de trasplante hepático en nuestro país", señalaron los médicos, en el documento.
En cuanto al nuevo tratamiento, los expertos señalaron que la incorporación de los antivirales de acción directa (A.A.D) cambiarán totalmente el panorama futuro de la enfermedad.
En este sentido, precisaron que "a fines del año pasado la A.A.E.E.H confeccionó guías con la incorporación de boceprevir y telaprevir como tratamiento de primera línea para el genotipo 1, con tasas de curación de la infección que promediaban el 70 por ciento".
"Actualmente los A.A.D elevan las tasas de curación a más del 90%, incluso en poblaciones consideradas de difícil tratamiento", informaron los hepatólogos.
Según la Asociación, la introducción de estas nuevas drogas genera una perspectiva más promisoria para las poblaciones especiales, es decir para los pacientes con insuficiencia renal crónica, cirrosis descompensada y en el pre y post trasplante hepático.
Además, los tiempos de tratamiento pueden acortarse y las estrategias terapéuticas libres de interferón son ahora una realidad próxima, aseguraron.
Las vías de transmisión principales del virus son las trasfusiones sanguíneas, la drogadicción endovenosa y en menor proporción la vía sexual.
La mayor parte de esos contagios se produjeron antes de 1990 cuando no existían las agujas descartables y en muchos pacientes no es posible determinar la vía de contagio.
Los médicos advirtieron que "este es un dato muy significativo ya que muchas personas pueden estar infectadas y no saberlo y en Argentina, se estima que sólo se han diagnosticado el 50% de los infectados".
En ese sentido, un punto clave del consenso fue cómo detectar a los enfermos no diagnosticados así como la importancia de la educación del personal de salud, de los médicos de atención primaria y de la comunidad.
La hepatitis C es una infección curable, por lo que el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado, evita las complicaciones graves de la enfermedad del hígado.
La hepatitis C no es sólo una infección, es una enfermedad que requiere de la experiencia del Hepatólogo, quien prioritariamente no debe sólo tratar esta infección viral, sino controlar el estado del hígado, prevenir complicaciones y aconsejar el mejor tratamiento para cada persona.
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