domingo, 26 de mayo de 2013

Del empresario a la góndola: ¿Cómo funciona la cadena del aumento?

Por Cecilia Toledo, para InfoNews

La presidenta anunció una campaña para que los ciudadanos observen los precios de los productos, y evitar así avivadas comerciales. Pero ¿Cómo funciona la cadena del aumento? Supermercadistas culpan a los proveedores, mientras que los mayoristas señalan a los productores. El mercado internacional es otra de las variables a tener en cuenta.

“La gente viene y se enoja con nosotros, por la suba de los precios. Pero el tema es que al local la mercadería ya nos llega con aumento. Para evitar los reclamos de los clientes colgamos la lista de precios de los proveedores en la línea de cajas, para que vean que los productos nos llegan remarcados”, comentó una mujer que trabaja en la caja de un supermercado de Castelar, zona oeste. Su comentario viene a cuenta de un grupo de clientes, que se sorprende al ver que el precio fijado en una botella de aceite -en la etiqueta- coincide con el que le cobran en la caja.

A la hora de hacer mandados, en el trabajo, en la calle y en casa, el aumento de precios es el gran tema, y para poder regular esa tendencia la presidenta lanzó el operativo "Mirar para cuidar", con el objetivo de que los consumidores controlen los precios de la mercadería. Las culpas y elucubraciones sobre por qué se producen los aumentos apuntan a comerciantes, productores, al gobierno, a los funcionarios y hasta a los índices del INDEC. Pero ¿Cómo funciona la cadena del aumento?

Diana y Daniel tienen un supermercado en La Plata, y desde atrás del mostrador relatan: “Todos los productos llegan con un precio sugerido, el tema es que hay comercios que no los respetan, aunque los costos son para todos iguales. Nosotros cobramos la gaseosa $ 12 y hay otros que la venden a $ 18. Son delincuentes”.

La pareja platense tiene su negocio desde hace 28 años y su política comercial es “tener la mercadería a un mismo nivel de ganancia. Acá vienen muchas mujeres que trabajan en casas de familia, y viven en los alrededores de La Plata, pero nos compran a nosotros porque dicen que en sus barrios está todo el doble. Nosotros preferimos más gente, y menos margen de ganancia”, reconocen. Es en este punto donde Mirar para cuidar, es una herramienta que viene a observar los aumentos arbitrarios y excesivos por parte de comerciantes que no se ajustan a la Ley de Precios ni respetan los valores sugeridos.

Como muchos otros comerciantes, Diana y Daniel deben abastecerse a través de tres hipermercados mayoristas -Nini, Vital y Maxiconsumo- que tienen precios distintos entre ellos. “Nosotros, los comerciantes no somos los creadores de precios”, asegura Diana, que señala un detergente y precisa: “En Nini está $ 4,20 y en Vital $ 5. Yo aplico el precio en base a lo que lo compro, y a veces un mismo producto tiene diferente valor”.

Desde la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios aseguraron a este medio que pretender precios unificados es imposible “porque cada comercio tiene sus gastos, sus movimientos, sus impuestos”. Además sostuvieron que “el precio de un producto es lo que está dispuesto a pagar el que compra. Los precios son libres”, pero el asunto resulta preocupante cuando el rubro es alimentos, porque las subas afectan más a los que menos tienen.

En referencia a las causas que generan el incremento en los valores de góndola, desde la Cámara de almacenes explicaron que “cuando un proveedor llega con una lista de precios incrementada, el comerciante tiene que subir los precios, porque no puede seguir cobrando lo mismo si a él le cuesta más. Los supermercadistas no están en condiciones de producir escaladas de valores”.

¿Cómo se forman los precios de los productos? “Lo que comentó la cajera de Castelar es cierto. Los mayoristas y productores remarcan los precios y eso se ve en las góndolas”, explicó Emiliano López, economista becario del Conicet, en referencia a la anécdota que encabeza esta nota.

La campaña Mirar para cuidar, es una herramienta más para regular la escalada de precios, y es importante “porque genera un nivel de compromiso desde lo político, se le está diciendo a los consumidores estén atentos porque hay un conflicto social”. Sin embargo, hay un eslabón en la cadena de valores que en el programa de control ciudadano queda exento de regulación: la producción.

De acuerdo al economista, el foco del conflicto en el aumento de precios tiene dos variables: una relacionada con el mercado interno, y otra con la economía internacional. En referencia a la primera variable, lo que sucede es que en todo rubro hay “tres o cuatro empresas -las más grandes en términos de mercado y en capacidad de producción- fijadoras de precios que van generando aumentos”.

Las empresas fijadoras de precios, por ejemplo, se proponen como objetivo, incrementar en un 20% su ganancia anual “Para eso tienen dos opciones: o invierten, abriendo más industrias, o aumentan los valores de sus productos. Eso último es lo que generalmente hacen”, y así los costos de las mercaderías llegan remarcados a las góndolas. “Sin duda después también hay supermercadistas que remarcan”, reconoce López. “Para controlar los precios, Moreno -Secretario de Comercio- se ha centrado más en la comercialización que en la producción, ese último eslabón es el más difícil de controlar”.

En cuanto al factor internacional que influye en la suba de valores, se encuentran los llamados comodities, como la soja, el trigo y el girasol, cuyo precio “es fijado por el mercado internacional. Desde hace tiempo, el valor de los comodities vienen subiendo -por demanda y especulación- y eso impacta en la producción interna: en el costo de alquiler de la tierra, en el valor del trigo y en la producción", explicó el economista.

“Argentina y Venezuela son los dos países con niveles de inflación más elevados, y son además los únicos que exportan materia prima (Argentina trigo y soja, Venezuela petróleo). Entonces sus economías internas dependen mucho de los precios que fija el mercado internacional. Eso se podría controlar mediante la intervención del estado, como en el primer peronismo con la junta de granos (un organismo público que centralizaba la exportación). Pero claro, hay una gran puja de poderes, y el estado tiene que hacer malabares para poder regular”, aseguró López, al tiempo que comentó lo sucedido con la resolución 125.

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