Con 134 votos a favor, 99 en contra y 5 abstenciones, la Cámara de Diputados del Congreso Nacional complementó la media sanción que había provisto el Senado la semana pasada y convirtió en ley el proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo Nacional para cambiar la sede de pago a los tenedores de deuda argentina.
La Cámara de Diputados convirtió en ley esta madrugada el proyecto de pago soberano, luego de un intenso debate en el que el Frente para la Victoria (FPV) volvió a insistir con que la iniciativa tiene como objetivo principal "cumplir con la reestructuración de la deuda" y "mostrar voluntad de pago".
La Cámara de Diputados convirtió en ley esta madrugada el proyecto de pago soberano, luego de un intenso debate en el que el Frente para la Victoria (FPV) volvió a insistir con que la iniciativa tiene como objetivo principal "cumplir con la reestructuración de la deuda" y "mostrar voluntad de pago".
La votación tuvo lugar a las cinco y media de la mañana, tras un debate de cerca de quince horas, luego de lo cual se votaron en particular dos artículos, uno de ellos el que crea la Comisión Investigadora.
Cerca de la media noche, el kirchnerismo calculaba que a la hora de la votación cosecharía 133 votos favorables. Por su parte, la UCR, el Frente Rejuntador, el PRO y el socialismo ya habían anunciado que votarían en contra, en tanto que bloques como Libres del Sur, Unión Popular y la Coalición Cínica se habían pronunciado por la abstención.
Roberto Feletti, miembro infórmante por el FPV, abrió el debate con un cuestionamiento a las posiciones opositoras. "No sé si las criticas responden a corregir errores o nos pegan por el acierto. Es necesario que haya un voto masivo de esta ley como hubo en Naciones Unidas porque nadie puede dudar de que la deuda pública fue un condicionante de la democracia y las políticas públicas del Estado Argentino", afirmó el diputado porteño.
En su exposición, el economista defendió "los canjes anteriores", a los que definió como "procesos exitosos porque liberaron al Estado de las cadenas de la deuda", y enfatizó "que esto es clave para el proceso macroeconómico del país y también para la democracia argentina".
A la hora de definir el objetivo de la ley, Feletti no se apartó de lo que el kirchnerismo sostuvo a lo largo de todo el debate. "El objetivo es poder cumplir aquel proceso de reestructuración", especificó y luego detalló que "lo que la ley planeta, además de considerar de interés público el proceso de reestructuración, es el cambio del domicilio de pago que no siempre debe ser el cambio de jurisdicción".
El radicalismo fue el primero de los partidos de oposición en justificar su voto negativo. El mendocino Enrique Vaquié, en nombre del partido centenario, afirmó que con la sanción de la norma la Argentina "le está haciendo un favor al BoNY y al juez (Thomas) Griesa"porque a partir de su aplicación "los juicios vendrán para acá".
El diputado de la UCR detalló que para su bloque "el camino era utilizar los elementos que tiene el contrato que, por ejemplo, que se puede cambiar con mayoría especial las condiciones del contrato".
La voz de Vaquié no representaba a casi la totalidad del UCR. Si bien la discusión en el bloque fue dura, sólo un diputado del partido centenario, Eduardo Santín, apoyó al oficialismo a la hora de votar el proyecto. Respecto de su posición solitaria, Santín explicó: "Entiendo que el tratamiento de un tema de estas características es un tema de Estado. Me hubiera gustado que se hayan convocado a los jefes de bloque y buscar un consenso. Pero, más allá de las formas, que en la democracia tienen una importancia, me parece que el interés general está en resolver el conflicto". De todos modos, Santín aclaró: "Me parece razonable el proyecto que mandó el Ejecutivo. Aunque en realidad distintos proyectos que hay en la Cámara tienen el mismo eje. Por ahí una estructura de vanidades no permitió que se pudieran unificar. Todos tienen la misma impronta: que lo buitres no cobren lo que están reclamando".
Ante la ausencia de Massa y la posición cada vez más devaluada de Darío Giustozzi dentro de su bancada, la postura del Frente Rejuntador fue expuesta en primer término por Felipe Solá. El diputado, que hoy es el preferido de Massa como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, cuestionó la actitud "maniquea y polarizante" que le atribuyó al oficialismo en el debate. En torno al futuro de los tenedores de los bonos reestructurados, Solá aseguró que "no van a cobrar en tiempo con el proyecto que propone el Ejecutivo. Con el nuestro seguramente tampoco, pero estarán mucho más cerca".
La posición del massiclarinismo fue completada por Graciela Camaño, quien afirmó que "la complejidad del caso hace que algunas de las cosas que proponen los diputados acá sean inviables, como eso de que vengan los bonistas", en referencia a lo que planteaba un sector del radicalismo.
La bonaerense, para cerrar su discurso y dejar clara su pertenencia política, eligió citar al general Juan Domingo Perón. "Esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie. Esto no es un tema menor, es la deuda. No se trata de que pongan Francia por ahí, ni con esa comisión que han pretendido crear en el Senado", sostuvo Camaño.
En su intervención, el ex ministro de Economía del kirchnerismo y diputado de UNEN, Martín Lousteau, anticipó que no acompañará el proyecto de pago de deuda soberana, a la que calificó como "una ley innecesaria" porque "no resuelve el problema" y se corre "severo riesgo de agravarlo". Losuteau también cuestionó al agente fiduciario propuesto en el proyecto.
"Nación Fideicomisos no cumple con los requisitos establecidos en el contrato para ser agente fiduciario porque se necesita tener un patrimonio de U$S 50 millones cuando en realidad cuenta con U$S 14 millones", detalló el economista.
Federico Pinedo fue el encargado de poner sobre la mesa la posición política del macrismo. En clara sintonía con lo que había expresado su jefe político, Mugrizio Macri, el titular del bloque PRO enfatizó que "la crítica mayor al proyecto del Ejecutivo es que deja un mensaje jurídico en el que la Argentina, cuando asuma compromisos de aceptar otra jurisdicción, se reserva el derecho de no cumplir con esos compromisos".
Cuando el debate llevaba ya varias horas y Martín Isaurralde, que había sido uno de los primeros en llegar, ya se había ido y el cansancio empezaba a ganar el recinto, el diputado de Nuevo Encuentro Carlos Heller pronunció uno de los discursos más sólidos de la jornada, que despertó el aplauso cerrado de militantes y diputados.
"Es claro que no hay una ley milagrosa que va a resolver el problema; acá hay un juez que toma decisiones de acuerdo a lo que le piden los fondos buitre. La Argentina tiene depositados y bloqueados 500 y pico de millones de dólares que puso a disposición de los acreedores, viene otro vencimiento", explicó Heller.
Luego, con la vista puesta en lo opositores, preguntó: "¿Qué es lo que están proponiendo los que dicen que este camino elegido está mal? ¿Que volvamos a ponerlos en el BoNY o que entremos en default directamente para así lograr el objetivo de fondo que creemos que tiene que ver con llevar a la Argentina a un sobreendeudamiento?".
Heller finalizó su discurso con un párrafo que sirvió como contestación del oficialismo y sus aliados a todos los cuestionamientos vertidos por la oposición. "Déjense de cuestionar a Nación Fideicomisos, déjense de actuar como aliados de los fondos buitre, estamos en un momento histórico, entonces, asumamos la posición que tenemos que asumir. Sería deseable que por una vez se dejaran de hacer cálculos electorales y votaran pensando en la Patria", sentenció el diputado.
Aún quedaban más de seis horas de sesión por delante, pero lo dicho por Heller cerró gran parte del debate de fondo entre el kirchnerismo y los distintos espacios opositores.
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