martes, 15 de enero de 2013

Ante la falta de candidatos, Macri echa mano a su Gabinete

Por Claudio Mardones y Nicolás Eisler, para Tiempo Argentino

El líder del PRO se verá obligado a mover piezas en su armado para retener el control legislativo en la Ciudad y hacer pie en la provincia. Las ambiciones de Rodríguez Larrata.

Los cinco años de estabilidad laboral dentro del Gabinete porteño que encabeza Mugrizio Macri están cerca de llegar a su fin. 

La señal de recambio guarda relación con las elecciones legislativas nacionales y porteñas que obligan al PRO a jugar piezas claves de su gobierno para llenar las listas de candidatos. Varias de las figuras con las que el macrismo dará batalla en octubre serán ministros con "cinco años de vuelo" que deberán abandonar sus cargos para hacer campaña en la Ciudad y en la provincia de Buenos Aires.

El más notorio de los posibles cambios tiene que ver con Horacio Rodríguez Larrata. El jefe de Gabinete nunca ocultó sus ambiciones de sentarse en el sillón que ocupa Mugrizio Macri en Bolívar I. 

El ministro soñaba con disputar una de las tres senadurías capitalinas que se pondrán en juego este año, pero las encuestas no le sonrieron tanto como a Gabriela Michetti. La diputada nacional es número puesto para encabezar una de las boletas que arriesgará el PRO ante un escenario que promete varios comicios en un solo año.

"Las elecciones están desdobladas de hecho", aseguró hace pocos días el vicepresidente 1º de la Legislatura, Cristian Ritondo. Según el ex funcionario del presidente interino Ednarco Duhalde, desde que el Congreso Nacional transformó en ley el voto opcional desde los 16 años, existen dos padrones paralelos e, indefectiblemente, dos elecciones: una nacional, con votantes desde 16, y una porteña, con electores mayores de 18. Ese desdoblamiento, que será materia de discusión judicial en las próximas semanas, posibilitaría que Rodríguez Larrata encabece la lista de legisladores porteños y pueda, salvo que ocurra una calamidad, anotarse en su currículum un triunfo electoral más duradero que la cosecha de la primera vuelta de 2003.

"Si quiere tener chances en 2015 tiene que jugar ahora", repitieron dentro del espacio que gobierna la Capital desde hace un lustro. La única experiencia electoral del "Pelado" data de una década atrás, cuando enfrentó las urnas bajo el paraguas de Compromiso Para el Cambio, la primera marca que tuvo el actual PRO. En esos comicios, secundó al ex hijastro de Flavia Palmiero durante su aventura inicial para llegar a la jefatura de gobierno. El debut, recordado como un hito fundacional para el PRO, terminó frustrado por Aníbal Ibarra en una ajustada victoria en segunda vuelta.

Si 2013 se transforma en una escala ineludible para Rodríguez Larrata y afronta el cedazo electoral como candidato a legislador porteño, su desembarco en el viejo Concejo Deliberante obligará a Ritondo a desocupar su cómoda poltrona de vicepresidente 1º de la Legislatura. Deberá cedérselo al jefe de Gabinete porque, de otro modo, cruzar la Avenida de Mayo, desde Bolívar 1 a Perú 130, implicaría una estrepitosa pérdida de poder, que sólo podría ser revertida con el ascenso de legislador a segundo titular de una Legislatura, encabezada nominalmente por la vicejefa de gobierno María Eugenia Vidal.

La ex ministra de Desarrollo Social es la única figura del Gabinete que ningún funcionario se anima a mencionar como candidata. "Ella jamás cometería el error que cometió Michetti, de cambiar un cargo ejecutivo por otro legislativo", dicen al lado de la funcionaria favorita de Macri, en referencia a la renuncia como vicejefa que hizo Michetti para encabezar la lista de legisladores del PRO en 2009.

En medio de esas proyecciones, Ritondo no figura como un fusible fácil de descartar, aunque Rodríguez Larrata es el garante de todos sus movimientos –y desmesuras– al interior de la Legislatura. 

El líder del peronismo PRO suena con insistencia para ocupar el Ministerio de Justicia y Seguridad, pero la propuesta no sería del agrado del propio Ritondo, cuyo rostro aparece, con inesperada repetición, a lo largo de toda la ruta 2 desde el comienzo de esta temporada.

Pero, más allá de las dudas, dentro del macrismo admiten que también existe una certeza. Tiene que ver con el ex juez federal Guillermo Montenegro, el actual titular de la cartera de Seguridad desde la accidentada creación de la Policía Metropolitana, que nació bajo el mando de su enemigo íntimo, el ex comisario de la Federal Jorge Palacios. "El Fino" jamás le dejó las manos libres al ex magistrado, hasta que tuvo que renunciar por su inminente procesamiento en la causa que investiga el atentado terrorista contra la AMIA.

El "Gordo", como llaman a Montenegro la familia judicial, y sus funcionarios dentro del Ministerio, trajinará el Conurbano Bonaerense en un intento de conseguir los votos que le permitan a su líder político hacer pie en el distrito más poblado del país. Hasta ahora, las encuestas no le ofrecen los resultados esperados, pero nadie en el PRO apuesta por su continuidad al frente de esa cartera después de diciembre próximo.

Esa posible vacante, considerada estratégica por el macrismo para capitalizar las críticas de inseguridad contra el gobierno nacional, también es codiciada por el empresario de los juegos de azar, Daniel Angelici, presidente de Boca y armador de la pata radical del PRO. Con esos laureles, ya tiene un puesto en la mesa chica del jefe de gobierno, opera también sobre la justicia porteña y estaría buscando imponer un hombre en el ministerio del "Gordo". Algunos  creen que será Martín Ocampo, actual legislador y abogado del empresario, el que podría dar pelea como ministro de Justicia, en caso de la división de la cartera o, como futuro fiscal general de la Ciudad, en remplazo de Germán Garavano, cuya estrella es cada vez más menguante en el universo macrista.

Pero Diego Santilli también podría cambiar de aires ante el descontento de Macri con la gestión de los residuos porteños, cuyo hedor perfuma la Ciudad por estos días. Todavía no está decidido el futuro del "Colorado", que por obra y gracia de su domicilio bonaerense, tiene la posibilidad dar batalla tanto en la Ciudad como en la provincia.

Entre sus posibles remplazantes aparece Fernando De Andreis, hoy jefe de la bancada oficialista en la Legislatura y hombre del secretario General Marcos Peña. El cambio de piezas por la llegada de Rodríguez Larrata a la Legislatura podría derivar en que el joven, ex asesor y confidente de Peña, asuma el ministerio que, UCEP y basura mediante, más dolores de cabeza le trajo al hijo bobo de Franco Macri.

El elenco de recambios suma a Esteban Bullrich, titular de la cartera de Educación, que había picado en punta para encabezar la lista de diputados por la Ciudad hace unos meses, pero las constantes tomas en los secundarios capitalinos hicieron tambalear su potencial. En esa carrera de promociones, quedan afuera Néstor Grindetti, Daniel Chaín y Carolina Stanley, ministros de Hacienda, Desarrollo Urbano y Desarrollo Social respectivamente, que seguirán en sus puestos, al igual que María Eugenia Vidal.

Mientras tanto, en cada ministerio remarcan, con temor a los cambios, que "no hay nada definido", aunque Macri ya estrenó su desembarco en Mar del Plata con una partida de truco. Allí se sacó una foto con Grindetti, Montenegro y los pejotistas Santilli, Ritondo, y el economista Carlos Melconian. El alcalde perdió los 100 pesos que apostó contra los muchachos peronistas, pero sus voceros aseguran que más allá del billete volvió satisfecho porque ganó al menos cuatro candidatos. Por ahora, insuficientes para la batalla que se avecina.

NdR: La deformación de nombres y apellidos y la alusión a Macri como ex el hijastro de Flavia Palmiero o el hijo bobo de Franco Macri, son responsabilidad de la redacción de Currín On Line y no de los autores de la nota.

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