A pocos días de un posible default, los abogados del Estado se reunirán hoy con los holdouts para intentar encontrar una salida al conflicto ¿Qué pasa si no hay acuerdo?
Hoy a las 13 (hora de nuestro país) los abogados de la Argentina intentarán alcanzar un acuerdo con los representantes de los fondos buitre que evite un nuevo default para el país.
Del encuentro participará además el abogado estadounidense Daniel Pollack, designado como mediador por el juez del distrito sur de Nueva York, Thomas Griesa.
Originalmente el encuentro había sido convocado para ayer por Griesa, pero, luego de conocerse el rechazo del magistrado al pedido de stay argentino, los abogados del país comunicaron que "no llegarían a tiempo" con la presentación y por eso necesitaban un día más para un nuevo encuentro con los fondos buitre (ver nota aparte en esta misma edición).
El próximo 30 de julio vence el plazo para pagar a los bonistas reestructurados el vencimiento que debía ser cancelado el pasado 30 de junio. Si bien el Gobierno depositó los fondos en el Banco de Nueva York, el juez Griesa bloqueó el pago a los acreedores basándose en su sentencia que indica que Argentina no puede efectuar ningún pago de deuda a menos que antes cancele los 1.330 millones de dólares al fondo NML Capital.La reunión de mañana, y que posiblemente continuará en los próximos días, es clave para intentar llegar a un acuerdo formal que impida entrar otra vez en cesación de pagos.
Por lo tanto, el Gobierno tiene 6 días para negociar una salida al conflicto con los buitres. Si no se llegara a alcanzar un acuerdo, el país entraría técnicamente en cesación de pagos. Sin embargo, según señalan varios especialistas, esta vez sería muy distinto del default anterior.
Es decir, Argentina tiene capacidad de pago y continuará pagando a los bonistas que se encuentran en otras partes del mundo. Sólo se le impide cancelar la deuda del 30 de junio y otro vencimiento en septiembre -por unos 500 millones de dólares- hasta enero de 2015, cuando vence la cláusula RUFO que le impide renegociar títulos en condiciones diferentes a las que se establecieron en 2005 y 2010.
¿Qué pasa si hay default?
Según cómo se vea, las respuestas difieren. Sin embargo la mayoría de los especialistas coinciden en señalar que se trataría de un default selectivo ya que sólo se dejarían de pagar los bonos con sede en Nueva York.
Por otro lado, la mayor traba de un nuevo default estaría relacionada a la imposibilidad de acceder al mercado internacional de capitales y a colocar deuda pública a tasas razonables -por debajo del 10 por ciento anual-. Aunque algunos economistas indican que Argentina hace mucho tiempo que no coloca deuda -más allá de las reestructuraciones obligadas en 2005 y 2010- y que su alianza con Rusia, Brasil y, sobre todo, China le da el aire necesario para transitar los seis meses que, se supone a priori, duraría el nuevo default.
A las complicaciones se suman además lo relacionado a la falta de divisas internacionales como ser la inflación y la suba de las tasas de interés locales.
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