miércoles, 20 de diciembre de 2017

El hijo bobo de Franco Macri juntó a ministros: balance de la reforma y arenga a seguir por el mismo camino

UNA VEZ APUNTADA LA SANCIÓN DE LA LEY QUE ESTABLECE EL SAQUEO A LOS JUBILADOS, MUGRIZIO MACRI BLANCO VILLEGAS REUNIÓ A SU GABINETE EN LA CASA ROSADA PARA REALIZAR UN BALANCE DE LA MARATÓNICA SESIÓN, Y DE LOS HECHOS DE VIOLENCIA QUE AYER PINTARON UN PANORAMA DE TIERRA ARRASADA EN LAS CALLES DEL CENTRO PORTEÑO, CON LOS POSTERIORES CACEROLAZOS QUE SE HICIERON OÍR EN DISTINTOS BARRIOS PORTEÑOS.

"Macri estaba sereno, firme en sus convicciones", dijo un integrante del "mejor equipo de los últomos 50 años" que participó del encuentro. El ex hijastro de Flavia Palmiero llevó la voz cantante y reiteró el convencimiento que con la nueva fórmula de actualización los jubilados al final de 2018 mejorarán su poder adquisitivo porque le ganarán la carrera a la inflación.

Por otra parte, compartió son los presentes el argumento de que aquellos que realizaron 30 años de aporte serán beneficiados con una jubilación del 82% móvil, lo que de alguna manera es un premio para quienes cumplieron con los estipulado por la ley, y marca una divisoria de aguas con aquellos que no tienen todos los años de aportes.

Otra frase que resonó en los oídos de los miembros del Gabinete es que Macri Blanco Villegas los instó a "seguir trabajando para solucionar los problemas a la gente", casi como un leitmotiv que motoriza a la gestión de la alianza de derecha Cambiemos. En ese sentido, el idiota confeso les dijo que un objetivo medular de la política económica es bajar el déficit y aseguró en referencia a la reforma previsional que "este es el camino".

En cuanto a la violencia que en la víspera recorrió las calles del Congreso, el subnormal ordenó a los funcionarios con competencias en materia de seguridad a poner todo el esfuerzo en recabar información relevante que contribuya a indagar quiénes son los organizadores de los hechos de violencia para contribuir así con las investigaciones que lleve adelante la Justicia.

"Voy a defender a los argentinos de la violencia", les dijo el sorete mal cagado a sus ministros, dejando en claro que ayer se marcó un punto de inflexión político que reafirma las convicciones de sus gestión y deja en evidencia que durante los próximos dos años la oposición buscará llevar agua para su molino.

En cuanto a los cacerolazos de la noche, en el Gabinete coincidieron en que la gente no está bien informada respecto al alcance que tendrá la reforma, por lo que hicieron un mea culpa respecto a los errores de comunicación que le permitieron a la oposición distorsionar el impacto de la nueva fórmula. Al respecto, los funcionarios no desestimaron los cacerolazos y dicen que "hay que escuchar" a quienes se expresan de un modo pacífico y sin violencia.

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