sábado, 18 de febrero de 2017

La intimidad del jueves negro del régimen fascista: Macri fue el último en ceder

LA CRISIS GENERÓ UNA TENSIÓN INÉDITA EN LA ROSADA. LA PELEA CON CARRIÓ Y UNA CUMBRE CALIENTE DE LA MESA CHICA.

Las crisis derivada del escándalo del Correo Argentino y las jubilaciones generaron una tensión inédita en la Casa Rosada, lo que obligó a Mugrizio Macri a aceptar -a regañadientes- dar marcha atrás con el polémico acuerdo con la empresa de su familia y también suspender el cambio en el cálculo de la movilidad jubilatoria.

Fue un jueves negro en la Rosada, que en rigor empezó el miércoles por la noche cuando estalló en el Congreso el escándalo por las jubilaciones. La crisis se calmó con la forzada conferencia de prensa de Macri, al que sus funcionarios durante una semana habían alejado de los micrófonos y cualquier contacto con la prensa. Pero la palabra del ex hijastro de Flavia Palmiero era la única capaz de frenar la bola de nieve contra el régimen.

El miércoles por la noche la tensión escaló fuerte cuando la oposición amagó con no votar la ley de ART por el cambio en las jubilaciones. Mario Negri llamó desesperado a Macri desde el recinto, pero la que tomó la palabra fue la desquiciada Elisa Carrió, que literalmente le sacó el teléfono al radical y atacó feo al subnormal. "Biblita" se encargó de que sus colegas vieran la escena y hasta hizo algunos gestos -que no pasaron desapercibidos- mientras hablaba con Macri. La escuchaban atentos su amiga Sandra Mendoza y algunos diputados de La Cámpora, con los que la blonda diputada tiene una sorprendente buena relación.

A Macri le quedó la bronca por el tono de Carrió y, aunque evitó elevar la tensión, en la conferencia de prensa del jueves le pasó factura revelando que apenas terminada la sesión la diputada se volvió a Punta del Este.

Más allá de que el miércoles por la noche Negri, Nicolás Massot y Fernando Sánchez (y también algunas fuentes del Ejecutivo) anunciaron que el cambio en las jubilaciones se suspendía, Macri no estaba convencido de hacerlo porque sostenía que técnicamente la modificación era correcta. Es por eso que el jueves por la mañana Marcos Peña Braun Menéndez y Mario Quintana defendieron el cambio y minimizaron el impacto. Las palabras del vicejefe sobre los "20 pesos" echaron nafta al fuego.

La cumbre más tensa

Tras el fallido intento de instalar que el cambio no tenía un impacto importante, la mesa chica del macrifascismo se reunió de manera urgente para buscar la manera de salir del atolladero en el que estaban metidos. Además de Macri y Peña Braun Menéndez, estuvieron Gabriela Michetti, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, el ala más política del PRO.

Fuentes del Ejecutivo contaron que fue una de las charlas políticas más duras de la mesa chica del PRO desde que están en el poder. Hubo cruces y discusiones reales, algo no tan habitual.

A Macri le plantearon que no dar marcha atrás con el tema Correo lo afectaría en un tema muy sensible para el régimen: le advirtieron que estaba reviviendo los prejuicios de que gobierna para los ricos y que eso podría afectar seriamente su relación con la sociedad, hoy por hoy uno de sus sostenes principales.

Al idiota confeso le costó ceder. Planteó que era injusto para la empresa de su familia que se hiciera un arreglo distinto y repitió que el acuerdo debía ser como en cualquier otro concurso. Hay que atenerse a lo que dice la ley y si la ley está mal la cambiamos, pero por ahora esto es lo justo, le reiteró Macri a sus funcionarios.

Pero el problema no es técnico sino político, le plantearon algunos de los integrantes de la mesa chica. Y le insistieron en que lo más grave es la que la gente pierda la confianza en él y que le deje el terreno libre a la oposición para agite el tema. A regañadientes, Macri aceptó dar marcha atrás y pidió entonces que se cree un protocolo especial para los temas de su familia, lo que revela también que no estaba muy convencido.

El tema de las jubilaciones fue menos espinoso y Macri definió rápidamente que el tema se discuta en el Congreso, donde el oficialismo defenderá su posición de que el cálculo está mal hecho. Igualmente, este tema dejó muy golpeado a Mario Quintana, que fue el que más empujó la modificación. De hecho, la semana pasada tuvo un cruce feo con Jorge Triaca, que le advirtió que era crear un problema innecesario.

La conferencia de Macri -acordada en la reunión de la mesa chica- calmó las aguas, pero la crisis dejó muy deprimido a un grupo importante del oficialismo, donde lamentan que -como si fuera poco- para completar el jueves negro el régimen terminó cediendo también en otro tema clave: el techo de las paritarias. Tras semanas de pelea, los bancarios lograron el mismo acuerdo que había firmado en noviembre y despejaron el camino al resto de los gremios para pedir aumentos por encima del 18%.

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