Por Fernando Krakowiak, para Página/12
La firma detalló en un informe confidencial de 2010 que su filial local no estaba entre sus prioridades. El documento expone el Plan Estratégico de la compañía española para 2010-2014. Allí queda claro que YPF sólo era tenida en cuenta para el retiro de dividendos, mientras que concentraba sus inversiones en otros países.
Apenas tomó el control de YPF, el Gobierno inició una auditoría para dar cuenta del estado en que se encontraba la empresa. Esa investigación derivó en el Informe Mosconi, donde se detalla una supuesta estrategia de depredación, desinversión y desabastecimiento que el Grupo Repsol desplegó mientras estuvo al frente de la petrolera local. Parte de esas conclusiones se basan en documentos confidenciales de la gestión española. Página/12 accedió a uno de esos informes, fechado el 28 de abril de 2010, donde Repsol expone el Plan Estratégico 2010-2014 y deja en claro allí el destino que tenía para su filial argentina: “Objetivo: consolidar los ahorros operativos y continuar con las desinversiones en YPF en activos no estratégicos”.
Repsol detalla en ese documento, titulado “Cumpliendo nuestros compromisos y desarrollando la próxima fase de crecimiento”, la evolución reciente de la compañía y la estrategia para el período 2010-2014. En la primera parte, titulada “Visión y mensajes clave”, ofrece los resultados obtenidos en los dos primeros años de su Plan Estratégico 2008-2012 y justifica la necesidad de actualizar esa estrategia debido a la crisis financiera internacional y el éxito exploratorio que registró la compañía en 2008 y 2009. Allí menciona un listado de nuevos proyectos y descubrimientos en estudio, con la particularidad de que ninguno se encuentra en la Argentina, pues los españoles ponían sus fichas donde les garantizaban mejores precios del combustible.
En el punto siguiente, llamado “Perspectivas del sector energético”, Repsol reconoce que la crisis económica mundial provocó un impacto notable en la demanda de crudo, lo que llevó a que el precio medio del barril cayera de 97 a 62 dólares entre 2008 y 2009. Sin embargo, afirma que en 2010 se registró una recuperación del crecimiento económico y una mejora de los indicadores fundamentales en la mayoría de los segmentos del mercado, además de proyectar que la demanda de energía crecerá un 40 por ciento hasta el 2030. Dentro de ese contexto favorable, dice que “los recientes éxitos exploratorios impulsarán la creación de valor del Grupo”. Además, valora la “fortaleza en el balance para financiar el crecimiento” y el “flujo de dividendos significado y estable de YPF y Gas Natural”. En ese apartado, no sólo resalta el aporte que generan los dividendos de la filial argentina, sino que también subraya como positivo la venta de un 15 por ciento de YPF a un socio local (el Grupo Petersen) y la recuperación de los precios de la energía en el país. Sobre ese último punto, la expectativa era que los precios en el mercado local siguiesen subiendo, pues se afirma que la prioridad en YPF, aparte de la obtención de dividendos, era “continuar gestionando desde el enfoque local el período de transición hacia un mercado energético más abierto”. Esto explica la constante presión para que el Gobierno autorizara nuevos aumentos.
En el punto referido a la exploración, Repsol sostiene que invirtió 600 millones de euros en 2009 en sus “áreas estratégicas” (norte de Africa, norte de Latinoamérica, Golfo de México y Brasil) y menciona una “cartera de proyectos clave”: Shenzi (Estados Unidos), I/R (Libia), Canaport (Canadá), Perú LNG, Kinteroni (Perú), Margarita-Huacaya (Bolivia), Guará (Brasil), Carioca (Brasil), Piracucá (Brasil), Reggane (Argelia), Carabobo (Venezuela), Cardón IV (Venezuela). Después ofrece una larga serie de especificaciones sobre esas doce prioridades, entre las cuales no figuraba Argentina.
En su informe, Repsol le destina a YPF un apartado donde se detalla la capacidad de producción, refinación y las reservas probadas de la firma. Luego se subraya que “el negocio de YPF se comporta favorablemente en un contexto económico mundial difícil” y para demostrarlo se incluye un gráfico donde se puede ver que la compañía obtuvo un beneficio bruto cercano a los 4000 millones de dólares por año entre 2000 y 2009. Sólo en 2009 se observó una caída relevante, pero fue “mucho menor que la media del sector”. Allí se afirma también que “los precios se están recuperando, pero continúan por debajo de los precios regionales” y se destacan los incentivos que ofrece el gobierno argentino para fomentar las nuevas inversiones (“Petróleo Plus”, “Gas Plus” y “Refino Plus”).
Sin embargo, en el último punto del documento (“Perspectivas corporativas y financieras”) es donde se remarca como objetivo, “para fortalecer el rendimiento de nuestra base de activos, continuar con las desinversiones en YPF”.
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