LOS SINDICATOS FRANCESES REGRESARON AYER A LAS CALLES PARA PROTESTAR CONTRA LA YA APROBADA REFORMA LABORAL, IMPULSADA POR HOLLANDE. FUE CON UNA MOVILIZACIÓN NACIONAL QUE EN PARÍS Y EN OTRAS SEIS CIUDADES DEJÓ FUERTES ENFRENTAMIENTOS CON LA POLICÍA.
Los sindicatos franceses regresaron a las calles para protestar contra la ya aprobada reforma laboral, impulsada por el presidente socialista Francois Hollande, con una movilización nacional, que en París y en otras seis ciudades dejó fuertes enfrentamientos con la Policía.
La Confederación General del Trabajo (CGT) junto a sindicatos estudiantiles reclamaron la derogación de esa ley adoptada en pleno periodo estival y que en su trámite parlamentario evitó el debate y el voto de los diputados.
El balance de la movilización de ayer, según las autoridades, reflejó que 78.000 personas protestaron en todo el país y de ellas unas 13.000 en París, cifra que los sindicatos elevaron, respectivamente, a 170.000 y 40.000.
En París, el trayecto se limitó a los dos kilómetros que separan las plazas de la Bastilla y de la República, y estuvo vigilado por 1.200 policías y gendarmes. El despliegue no pudo evitar altercados e incidentes sobre el final de la movilización
El ministerio del Interior informó mediante un comunicado que las manifestaciones se saldaron con 15 policías y gendarmes heridos en todo el país, dos de ellos graves, y 62 detenciones, sin precisar cifras de heridos entre los manifestaciones.
"Esos actos de violencia son inaceptables", indicó ayer el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, según el cual 32 de las 62 personas detenidas permanecieron retenidas para "responder de sus actos ante la Justicia".
Según el ministro Cazeneuve, desde el inicio de la contestación sindical a esa ley el pasado marzo, 620 agentes resultaron heridos.
La reforma laboral, una de las últimas del quinquenio del socialista Hollande(2012-2017), fue resistida desde que se filtraron en febrero sus primeras disposiciones.
Aunque el Ejecutivo, dirigido por el primer ministro socialista Manuel Valls, la presenta como una solución contra el desempleo, los sindicatos denuncian que supone un paso atrás en los derechos adquiridos.
Sin embargo, la CGT no cerró la puerta definitivamente a nuevas protestas en las calles, pese a que no se fijó aún ninguna nueva reunión intersindical, pero el segundo mayor sindicato de los convocantes, Fuerza Obrera (FO), avanzó su intención de centrarse solo en el terreno jurídico y empresarial.
Ahora, los sindicatos tienen la intención de solicitar un dictamen de constitucionalidad sobre algunas de sus disposiciones más polémicas y de obstaculizar su aplicación dentro de las empresas.
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