lunes, 21 de septiembre de 2015

China busca diversificar sus inversiones en la Argentina y ampliar el comercio

El gobierno de China está dispuesto a instalar capitales en Argentina más allá de la financiación en infraestructura y apunta a la inversión en agro y en proyectos industriales, además de buscar acelerar el crecimiento del comercio bilateral con un acuerdo de libre comercio, según señaló el consejero comercial de la embajada china en el país, Zhai Chengyu.


“El potencial de las relaciones comerciales y económicas bilaterales todavía no se refleja. Argentina participa con el 0,2 por ciento en las importaciones totales de China. Si lograra cubrir el 1 por ciento, esto representaría un tercio de las exportaciones anuales argentinas a todos sus mercados”, definió Zhai en un foro sobre la temática organizado por el ICBC en su sede de Puerto Madero, al que asistieron clientes corporativos y ejecutivos de otros bancos.

El diplomático destacó la mejora en las relaciones desde los estrechos lazos que establecieron los presidentes Cristina Fernández y Xi Jinping, y aunque reconoció que la crisis internacional afectó la balanza bilateral con una caída de 3 por ciento en 2014, calificó como “estimulante” que en los primeros siete meses de este año el intercambio creciera 7 por ciento, lo que ubica a Argentina en uno de los pocos mercados con los que el comercio del país asiático evolucionó en ese lapso.

Pero el funcionario puso el acento en la intención y la disponibilidad de capitales chinos para instalarse en Argentina, donde a fines de 2014 sumaban 88.000 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED), principalmente en infraestructura.

“Esperamos que vengan más empresas a invertir”, en especial en el sector agrícola, dijo, aunque también relevó el Plan Industrial 2025 por el que el gobierno de Beijing impulsa a sus compañías a invertir en el exterior.

Zhai resaltó que China tiene 3,5 billones de dólares en reservas, lo que se traduce en “muchos fondos e interés para financiamiento”, y alentó a recurrir al paquete de créditos para América latina por 10.000 millones de dólares, de los “que queda mucho sin usar”, señaló.

“China quiere un desarrollo rápido y equilibrado de las relaciones comerciales con Argentina y que las empresas chinas inviertan aquí, para lo cual es necesario utilizar los mecanismos de diálogo existentes, crear nuevos, fomentar las actividades de promoción comercial, como la participación en ferias, seminarios, jornadas, foros, misiones comerciales y un acuerdo de libre comercio”, añadió.

En cuanto a la posibilidad de un TLC bilateral, que “ayudaría mucho a las relaciones económicas y comerciales”, según evaluó a partir de la experiencia con Chile, Zhai reconoció las dificultades que existen al respecto en el Mercosur pero consideró que los empresarios “pueden empujar para que al menos se haga un estudio de factibilidad”.

Además, el diplomático instó a actualizar el acuerdo de protección recíproca de inversiones, que tiene más de 20 años, a continuar impulsando un acuerdo para evitar la doble tributación y a fomentar la cooperación financiera.

Del debate también participó el director ejecutivo de la Cámara de Comercio Argentino China, Ernesto Fernández Taboada, quien explicó que dada la composición de las importaciones totales de China, “hay una amplia ventana para que entren no solo alimentos" -entre los que tiene potencial poco explotado vinos, pollos, quesos, leche-, sino también maquinarias, artículos de lujo, lanas, cueros, residuos PET, boratos, genética bovina, caballos de polo, ropa de mujer de alto diseño, cosméticos, software y turismo, rubro en el que los chinos dejan en sus viajes 100 mil millones de dólares por año.

El jefe de Comercialización de Granos y Aceites de Cargill, Pablo Muck, también expositor en el foro, reseñó el salto de las compras de soja de China en los últimos 15 años, a partir de un “masivo crecimiento de la capacidad de procesamiento”, que llevó a este mercado de importar 10 millones de toneladas en 2000 a 80 millones este año, de los cuales 50 por ciento lo abastece Brasil, 25 por ciento Estados Unidos y el resto Argentina.

Sin embargo, explicó que se vienen produciendo cambios en los hábitos de alimentación de la población china, como la incorporación del aceite de oliva o el consumo creciente de carne vacuna, que hoy llega a 120 kilos por persona.

“Vamos a tener un crecimiento más pequeño en el comercio por la crisis, pero la demanda de alimentos que China no puede proveerse llegó para quedarse”, concluyó el ejecutivo.

En tanto, el economista Miguel Kieguel, resaltó que Argentina sigue teniendo atractivo para las inversiones por sus recursos naturales, como los hidrocarburos, el litio y el potasio, y consideró que si bien las IED están focalizadas en energía y minería, el agro “tiene un potencial enorme”.

En relación al comercio bilateral, el ex subsecretario de Finanzas indicó que en los últimos quince años “el crecimiento exponencial de las exportaciones a Chinas se sustentó en el complejo sojero”, con una participación de 75 por ciento de la ventas hacia ese mercado, pero precisó que existen oportunidades para los sectores de la agroindustria, energía, minería, automotor, servicios profesionales, infraestructura y logística.

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