EN UN MARCO DE ESTADO DE ALERTA PERMANENTE, LOS CHOFERES ANUNCIARON NUEVAS MEDIDAS DE FUERZA QUE INCLUIRÁN, UN DÍA DE LA SEMANA ENTRANTE, HACER VIAJAR A LOS USUARIOS SIN QUE PAGUEN BOLETO.
La asamblea de trabajadores de la línea 60 de colectivos resolvió levantar desde ayer el paro lanzado para reclamar la reincorporación de diez conductores despedidos, aunque los choferes anunciaron nuevas medidas de fuerza.
Al respecto, los conductores informaron que no cobrarán boleto a los pasajeros durante al menos un día de la semana entrante, más allá de que aún restaba definirse la jornada en la que llevarán adelante esa modalidad de protesta.
El delegado gremial Néstor Marcolín anunció a última hora del viernes, en la terminal del barrio porteño de Barracas de la línea 60, utilizada a diario por unos 250.000 pasajeros, que el paro quedaba sin efecto a partir del primer minuto de ayer.
De todos modos, los trabajadores permanecen en estado de alerta permanente hasta el martes, mientras que el miércoles, jueves o viernes de la semana próxima podrían desistir de cobrar el boleto a los usuarios, a modo de “huelga parcial”, sostuvo Marcolín.
Los trabajadores piden que se levanten las 20 suspensiones en la empresa y que sean reincorporados los 10 conductores despedidos, que, de acuerdo con el líder gremial, eran “los testigos de la muerte del compañero David Ramallo”, ocurrida en septiembre del año pasado cuando lo aplastó un colectivo en una rampa en la que estaba trabajando en el galpón de Barracas.
“No vamos a permitir ningún despido y menos que despidan a los testigos de la muerte del compañero David Ramallo. Pedimos también que levanten las suspensiones. Vamos a hacer un plan de lucha escalonado en el tiempo”, detalló Marcolín en declaraciones a la prensa después de la asamblea.
El delegado sostuvo que los choferes tampoco tolerarán que la empresa pretenda utilizar el despido de trabajadores como moneda de cambio para reclamar más subsidios al Estado nacional.
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