EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE, BARACK OBAMA, DEFENDIÓ UN MUNDO SIN ARMAS NUCLEARES EN SU HISTÓRICA VISITA AL MEMORIAL DE LA PAZ DE HIROSHIMA, EN JAPÓN, Y RECORDÓ QUE HACE 71 AÑOS "LA MUERTE CAYÓ DEL CIELO" DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. DE PEDIR PERDÓN, NI HABLAR.

"Puede que no alcancemos este objetivo mientras yo viva. Pero con esfuerzos constantes podremos evitar la posibilidad de una catástrofe", dijo tras colocar una corona de flores blancas en el Monumento de la Paz, levantado en el lugar exacto donde cayó la "Litle boy", lanzada desde el tristemente célebre Enola Gay. Más tarde, otra similar, pero bautizada como "Fat Man" fue arrojada sobre la ciudad de Nagasaki.
Abe y Obama se acercaron hasta el monumento en el que se lee "Que todas las almas descansen aquí en paz; pues nosotros no repetiremos el mal". Cada uno colocó una corona de flores, Abe hizo una reverencia y el estadounidense cerró brevemente los ojos. Luego se dieron la mano en señal de reconciliación.

"Recordamos a los inocentes que murieron durante esta guerra", indicó el mandatario estadounidense en su discurso de 20 minutos y agregó que "Estados Unidos y Japón aprendieron de sus errores y se reconciliaron, el mundo es responsable de que esto no se repita".
"¿Por qué venimos a este lugar, a Hiroshima?", se preguntó, para responderse a sí mismo que "venimos a reflexionar sobre la terrible fuerza desatada en un pasado no tan distante. Venimos a recordar a los muertos".
Aunque no ofreció una disculpa, Obama dejó claro que hay que trabajar para que no se repita un ataque como el de Hiroshima.
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