viernes, 27 de mayo de 2016

Garavano no consigue apoyo para la ley que arrincona a Gils Carbó

LA OPOSICIÓN TRABÓ LA REFORMA DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL. LO ACUSAN DE QUERER ETERNIZAR SUPERVISORES.

Germán Garavano no la está pasando bien en el Congreso. A la presión de los jueces federales y las universidades para cajonear proyectos de su plan justicia 2020, se sumó la resistencia de la oposición a la reforma del Ministerio Público Fiscal, destinada a limitar el poder de Alejandra Gils Carbó.

Ni bien asumió Garavano intentó desplazar a la procuradora nombrada por Cristina Kirchner pero sus negociaciones fracasaron. “Estoy joven para jubilarme”, lo humilló Gils Carbó, en un almuerzo que compartieron en el Ministerio de Justicia.

Su próximo paso fue un proyecto de ley escrito con el objetivo de restringir el poder del Procurador de turno, que por ahora conforma a la oposición.

Era de esperar el rechazo del kirchnerismo, cuyos diputados lo calificaron de un texto pensado para que la procuradora no pueda actuar, pero el problema del régimen es que el resto de los bloques tampoco lo acepta. y por eso no será incluido en la próxima sesión, cuando sí se tratará el proyecto para crear la figura del delito por flagrancia y el que crea figuras de investigación cinematográficas como agente encubierto, el agente revelador, el informante, la entrega vigilada y prórroga de jurisdicción.

El principal rechazo de diputados del Frente Rejuntador a la reforma del Ministerio Público es que, en su afán de aplastar a Gils Carbó, Garavano creó cuatro subprocuraciones sin límite de mandato.

Los pensó como sus jefes de fiscales personales, pero le dio más atribuciones que a los futuros procuradores, que sí tendrán un mandato de cuatro años pero a partir del próximo nombramiento. No se animaron a echar por ley a Gils Carbó porque podía ser inconstitucional.

“Es insólito. Vamos a tener a cuatro jefes eternos y a un procurador itinerante. Eso debe reverse”, confió uno de los diputados del Frente Rejuntador que pisó el proyecto.

La presentación que hizo Garavano en Diputados fue poco feliz, porque a los esperados ataques del kirchnerismo le siguieron chicanas del massismo, que a través de Julio Raffo le recriminó haber aceptado sin chistar la renuncia del juez Norberto Oyarbide.

El otro problema que tuvo el ministro es que ningún diputado de la alianza de derecha Cambiemos salió a defenderlo, silencio que fue motivo de una reproches en una reunión de la mesa chica del interbloque. Ahora deben remar para levantar el proyecto y no dejar que la procuradora nombrada por Cristina Kirchner siga feliz en su cargo.

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