miércoles, 17 de febrero de 2016

En Morelia, el Papa llamó a los religiosos a no “resignarse” ante el narcotráfico y la violencia

FRANCISCO INSTÓ A RELIGIOSOS Y SEMINARISTAS MEXICANOS A "NO RESIGNARSE ANTE LAS TENTACIONES" Y DIFICULTADES QUE PUEDAN ENCONTRAR Y A "SALIR DE LA SACRISTÍA", DURANTE LA MISA CELEBRADA EN MORELIA, CENTRO DE MÉXICO, EN LA CUARTA JORNADA DE SU VISITA A ESE PAÍS LATINOAMERICANO.


"No somos ni queremos ser funcionarios de lo divino, no somos ni queremos ser nunca empleados de Dios, porque somos invitados a participar de su vida, somos invitados a introducirnos en su corazón, un corazón que reza y vive diciendo", les dijo el Papa.

La misa, que se celebró en el estadio "Venustiano Carranza" de la capital del estado de Michoacán, uno de los más violentos por la fuerte presencia de los narcotraficantes, contó con la presencia de unas 20.000 personas, que escucharon con atención al Sumo Pontífice.

Francisco, quien clamó por pastores "con olor a oveja", enumeró las tentaciones en las que se puede caer y que pueden "venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad" y explicó que el gran peligro para ellos es el de la "resignación".

"Frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, la resignación. Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino", dijo.

En la misa en Morelia, donde existe una importante comunidad indígena, también hubo una oración de los fieles leída en uno de los idiomas de los pueblos originarios, el purépecha, y se aprovechó la ocasión además para rendir homenaje "a alguien que amó tanto este lugar que se hizo hijo de esta tierra", el primer obispo de Michoacán, el español Vasco Vázquez de Quiroga.

Al final de la ceremonia, el obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, agradeció al papa su presencia en territorio mexicano, que motivó a los religiosos a sentir "la necesidad de ser más misericordiosos, indulgentes y aprender a perdonar, y a estar cercanos con los demás para que sea creíble nuestra vida".

Rangel insistió en que el papa anima a los religiosos a "caminar por los caminos de alegría del Evangelio" y a instalarse en la "periferias existenciales de la mujer y el hombre de nuestro tiempo, con espíritu de misericordia y sentido profético".

"Nos sentimos muy alegres y bendecidos del Señor por tenerlo entre nosotros, por lo que es y lo que representa, ya que ha venido a confirmarnos en la fe, a alentar nuestra esperanza, y a animarnos a ser más solidarios como Iglesia", reconoció el obispo al término de la eucaristía.

La misa de ayer a la mañana fue la primera actividad en la agenda del papa en Michoacán, quien tras el encuentro se trasladó en papamóvil a la sede del Arzobispado de Morelia para almorzar y luego dirigirse hacia la Catedral Metropolitana, donde mantuvo un encuentro con jóvenes en el estadio José María Morelos y Pavón.

La actividad contó con la participación de unos 40.000 jóvenes dentro del recinto y otros 50.000 que siguieron el evento a través de pantallas instaladas en el estacionamiento.

El encuentro duró aproximadamente una hora, tras lo cual Francisco partió de regreso a la Ciudad de México a las 18.55 hora local (00.55 GMT del miércoles) para pernoctar en la Nunciatura, como ha hecho en todos los días de su llegada el viernes pasado al país.

El papa cerrará su viaje hoy en Ciudad Juárez, en el fronterizo estado de Chihuahua, donde visitará una prisión, tendrá un encuentro con trabajadores y oficiará una misa con migrantes antes de partir de regreso al Vaticano.

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