sábado, 17 de octubre de 2015

La nieta 117 se reunió con sus abuelas y dijo que el año de su nacimiento le generaba dudas

Claudia Domínguez Castro, la nieta recuperada en agosto, se reencontró públicamente ayer con sus abuelas biológicas y confesó que aunque sabía que era adoptada, la posibilidad de haber sido hija de desaparecidos y apropiada “era lejana, pero no imposible”.


Claudia Domínguez Castro, la nieta recuperada número 117, quien se enteró en agosto pasado que nació en cautiverio, se reencontró públicamente ayer en Mendoza con sus abuelas biológicas y confesó que aunque sabía que era adoptada, la posibilidad de haber sido hija de desaparecidos y apropiada “era lejana, pero no imposible”.

“Mis padres adoptivos siempre me dijeron la verdad, por eso la duda siempre estuvo, pero sin lineamientos relacionados al terrorismo de Estado. Solo el año de nacimiento me generaba duda en ese sentido. La posibilidad era lejana, pero no imposible”, confesó Claudia Domínguez Castro a la prensa mendocina tras recordar cuando en el mes de julio el Banco de Datos Genéticos pasó por Mendoza y decidió hacerse el análisis.

Durante una conferencia de prensa, brindada en la sede de Radio Nacional Mendoza, la mujer que hoy está casada, vive en Mendoza muy cerca del hogar de una de sus abuelas biológicas, y es madre de tres hijos de 1, 6 y 9 años, comentó que vive estos días “muy emocionada".

Junto a ella estaban sus abuelas María Assof de Domínguez, presidenta de Madres en Mendoza y reconocida activista por los derechos humanos; y Angelina Catterino de Castro, quienes se mostraron también muy emocionadas tras 37 años de espera.

"Ahora tengo cuatro padres", dijo la hija de Gladys Castro y Walter Domínguez, detenidos y desaparecidos por la última dictadura cívico-militar.

“Es una emoción tan grande que no se puede describir, después de 37 años de estar esperándola en todo momento”, dijo Angelina a los periodistas; en tanto que la abuela María criticó con dolor y lágrimas “todo el dolor que causaron esos asesinos” y pidió “que todos vean el daño que han hecho".

“¿Qué necesidad tiene ella de estar viviendo todo esto ahora? Si hubieran tenido la generosidad de al menos llevarla de nuevo a casa de sus familiares como han hecho en algunos casos. Es un daño muy grande lo que han hecho estos asesinos”, remarcó.

Los padres de Claudia militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) hasta que el 9 de diciembre de 1977 fueron secuestrados por militares en la casa que ocupaban en Luzuriaga 84, de Villa Marini del departamento de Godoy Cruz, cercano a esta capital.

El jueves, en el comunicado emitido por Abuelas de Plaza de Mayo, pidieron a los medios de prensa que “al existir una causa judicial en trámite en la Justicia Federal de la provincia, no se indague sobre la vida previa de la nieta recuperada y respetar su privacidad”.

Tras conocer el resultado, Claudia se contactó con sus abuelas a quienes conoció a los pocos días, y a partir de allí fue tomando contacto con el resto de la familia vía personal o por redes sociales; y tras ver fotos de sus padres se reconoció físicamente, en algunos gestos y también en gustos personales como el de pintar o tocar la guitarra.

Finalmente, pidió "reserva y respeto" a los medios de prensa "ya que todos somos seres humanos y este proceso recién empieza" y agregó que "quiero cuidado para poder acercarme de manera libre ya que no tengo nada que esconder. Se que son causas históricas, de peso, pero esto es particular y es nuestro”.

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