sábado, 14 de febrero de 2015

El oscuro pasado del fiscal que investiga a Cristina

Quién es el fiscal federal Gerardo Pollicita, que imputó ayer a la Presidenta. Sus vínculos con el macrismo. Y cómo hoy le dio el gusto a Clarín.


Gerardo Pollicita es el fiscal federal que quedó a cargo de la denuncia realizada por presunto encubrimiento del atentado a la AMIA elaborada por Alberto Nisman y que en el día de ayer copó el centro de la escena al concretar el tan anhelado sueño del Grupo Clarín de ver en un escrito judicial la imputación de la Presidenta.

“Imputarían a Cristina por la denuncia de Nisman”, titulaba Clarín en su edición de ayer y pasadas las 13:30 horas, tal como lo habían adelantado el pasquín envuelve huevos, el fiscal Pollicita, a quien se le atribuyen fuertes vínculos con el macrismo, materializó los deseos del multimedio.

Llama la atención como es que tanto el matutino, como los periodistas especializados en temas judiciales del multimedio, tenían información casi al detalle de lo que iría hacer el fiscal. 

Pero, ¿quién es el fiscal cercano a Clarín y a Macri que, pese a la debilidad jurídica de la denuncia de Nisman, imputó a la Presidenta?

Pollicita es el mismo fiscal que tuvo a cargo, en sus inicios, del caso donde Raúl Martins -ex agente de la SIDE- quien fue acusado por su propia hija de liderar una red de trata.

Sin embargo, en 2012, cuando el caso salió a la luz, Lorena Martins decidió recusar al fiscal Pollicita, ya que lo acusó de tener vínculos con Raúl Oscar Ríos, ex titular de la Agencia Gubernamental de Control (AGC); y con el jefe de gobierno porteño, Mugrizio Macri.

Martins, quien denunció a su padre de proxenetista impugnó al fiscal por sus vínculos con el macrismo. Éste hincha de Boca, tuvo una importante participación institucional en el Club, y por ende mantenia una estrecha relación con Oscar Ríos y Mugrizio Macri. La mujer también había denunciado  que a través de Ríos su padre hizo aportes a la campaña del PRO. Recordamos la fotografía que se viralizó en los medios donde se ve al jefe de Gobierno posando junto al acusado en un boliche de Cancún.

Pero no es la primera vez que el fiscal federal se ensaña con funcionarios nacionales. Ya pasó el turno, también, de Amado Boudou. En septiembre del año pasado, Pollicita dio impulso a una denuncia por presunta falsificación de documento público a raíz de una supuesta dirección falsa que habría puesto en su documento nacional de identidad el vicepresidente.

Lo anecdótico del caso es que la denuncia fue realizada por un particular, Santiago Dupuy de Lome, confeso simpatizante del macrismo en en las redes sociales y que basó su denuncia en una nota publicada en el sitio Infobae. 

Otro es el caso del ministro de Planificación, Julio de Vido, quién también fue acusado por el flamante fiscal que en 2005 hizo lugar al planteo formulado por Marcos Alfredo García, en ese momento, concejal por el partido "A Toda Costa", patrocinado por el abogado Ricardo Monner Sans, eterno denunciador de los Kirchner, en relación con presuntas maniobras fraudulentas en el denominado Plan Federal de Viviendas. 

El factor cómun es que en ninguno de los casos mencionadas, el flamante fiscal amigo de las coorporaciones y que hoy hace alarde de haber imputado a la Presidente argentina, pudo seguir adelante con las causas, en la primera por estar ligado a los denunciados y en las otras por no tener pruebas fehacientes para probar sus acusaciones.

La denuncia de Nisman, hecha el 14 de enero, solo se basa en escuchas telefónicas a D’Elía y un árabe que vive en Buenos Aires que fueron aportadas por el sistema de escuchas que dominaba el espía Jaime Stiuso.

Sin embargo, ayer la tapa de la edición del diario Clarín sostenía: "Gerardo Pollicita, el fiscal que trabaja en la presentación que hizo Nisman, considera que hay elementos sólidos para avanzar en el proceso judicial. Hoy mismo podría disponer las primeras medidas de prueba. Y abrir así una investigación sobre la Presidenta, el canciller Timerman y los otros involucrados en la causa por encubrimiento".

Dicho y hecho. Otro caso más donde una noticia judicial de relevancia, que involucra a algún funcionario del gobierno nacional, es anticipada con milimétrica precisión un día antes desde la redacción misma del diario Clarín.

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