martes, 4 de marzo de 2014

Máximo Kirchner: “Los pibes ya se despertaron y después de 2015 van a seguir exigiendo”

El hijo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y referente de la agrupación La Cámpora dio una serie de definiciones políticas en un libro que está a punto de salir. Qué dijo de Carrió, Massa, Clarín y el legado de su padre.

“Cuando la gente se involucra y cuida las cosas, se quiere más, vive mejor, se puede organizar. No hay organización posible si no hay autoestima. No sabemos qué expresión electoral tendremos, pero estará bien lo que resulte. Nuestro trabajo es a largo plazo. Nosotros abrimos. Hoy parece que el peronismo es lo que abarca todo, pero hay que ver qué piensan los pibes, si se sienten tan representados de esa manera como para decir que son peronistas y ya está. Lo que se escucha es Cristina. Los veo muy de ir con lo propio. Están muy decididos. Y eso es lo que no ve ni siquiera gente que nos ha venido acompañando. Ven a los pibes y se enervan. Nos dicen soberbios. ¿Por qué soberbios? ¿Uno defiende su posición y es un soberbio, y se tiene que bancar que vengan y te insulten y te digan que todo anda para la mierda y, de esa manera, callado, uno estaría demostrando que es democrático? ¿Y qué sería lo democrático? ¿Que el que sacó el 16 por ciento le diga lo que tiene que hacer al que sacó el 54?”

Esta es una de las tantas definiciones de Máximo Kirchner, hijo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y uno de los principales dirigentes de la agrupación La Cámpora que se conocieron ayer. 

Las declaraciones de Máximo, que no suele dar entrevistas, son parte del adelanto publicado ayer por Página/12 del libro en el que la periodista Sandra Russo lo entrevistó para reconstruir la organización política kirchnerista. 

Se trata de “Fuerza propia: La Cámpora por dentro. Cómo surgió y hacia dónde va la organización que se ubica en el corazón del kirchnerismo”, que lanzará la editorial Debate, de Penguin Random House Editora, en los próximos días.

“Que digan lo que quieran, nosotros seguimos. La Cámpora no es ni dogmática ni pragmática en exceso. Esa permeabilidad nos permite seguir ampliando bases. Hay políticas fuertes, como la de derechos humanos, o el desendeudamiento, que son esenciales, constitutivas, como la conducción de Cristina. Sabemos que hay sectores con los que no es posible ningún acuerdo porque si no te cagan a la entrada te cagan a la salida. Después, hay mucho que es discutible, conversable. Pero que se pongan entre ellos mismos de acuerdo. Porque si un día la asignación universal se va por la canaleta del juego y de la droga, y al día siguiente otra persona de la misma foto es capaz de decirte que el problema es que hay que aumentar la asignación, no hay discusión posible. Lo que reclamamos es un poco de consistencia. Nosotros a los pibes no les vamos a decir que no se puede. Los pibes ya se despertaron. Esa porción de la Argentina, después de 2015, va a seguir exigiendo”, sostuvo el dirigente a modo de balance de lo que significa La Cámpora.

“Más allá de las organizaciones juveniles, de todas las organizaciones, no sólo la nuestra, yo creo que toda la juventud entiende que la cosa va por otro lado, y el cambio se va a terminar dando. Esto tiene que cambiar, pero no es medible en períodos electorales. Diez años no es nada. Hace diez años llegamos y era desolación”, evaluó.

Elecciones y después

“Creo que el principal derrotado en las elecciones del año pasado fue el odio. Habría que ver la Capital Federal en ese sentido, ahí todo tiene otra composición, pero lo que pasa ahí no es lo único que pasa. En líneas generales en todo el país lo que fue furiosamente antikirchnerista no cuajó. Uno ve cómo termina De Narváez, que se paró ahí, en el 'Ella o vos', que le había ganado a Néstor Kirchner, que tenía la fórmula de la Coca-Cola, y lo ves terminar boqueando con Plaini, con Moyano, y que fue del treinta y pico que creía que tenía al cinco por ciento. La política es muy dinámica. Lo que sí es claro es que hay proyectos que electoralmente se vienen sosteniendo. Esos proyectos pueden tener a veces más o menos votos, pero es eso lo que finalmente se plantea a través de las ofertas electorales, los proyectos. En octubre el derrotado fue el odio, salvo en el caso de Carrió, que representa a los sectores más recalcitrantes y conservadores de la Ciudad de Buenos Aires, donde se concentra la mayor parte del odio y el poder mediático. Como perdió el odio, esos sectores hoy apoyan a Massa, que es confuso. La propuesta de Massa es ésa, la confusión, un tipo que estuvo dentro del proyecto, que fue fronterizo, que en 2011 acompañó a Cristina muy contento. En cómo le fue en las elecciones pesó la asociación que hizo mucha gente entre su figura y las políticas de inclusión jubilatorias que llevó adelante este gobierno. Massa fue un administrador de los recursos que se obtuvieron gracias a consensos que costó mucho lograr, y no fue él el que los logró. Empezó su campaña diciendo que había que preservar lo que estaba bien y cambiar lo que estaba mal, de modo que los beneficiarios de la asignación, por ejemplo, no se sintieron amenazados. Aprovechó. Percibió que no había cabida para algo rabioso contra el Gobierno. Los poderes de siempre buscaron que los representara alguien más tamizado que los candidatos puramente odiadores, y Massa se deja usar en ese sentido. Pero va a tener que cuidarse, porque cuando te usan esos sectores, si no respondés fielmente a lo que te piden, de la misma manera que te impulsan te desechan. Massa hace ruido rápidamente primero, porque se rodea de economistas que sabemos lo que plantearon y plantearán, y aparte es obvio que muy pronto se le exige una postura de mayor enfrentamiento. De repente van todos con la Constitución en la mano –era muy gracioso ver a gente como Cariglino con la Constitución en la mano– porque querían firmar ante escribano que se iban a oponer a la reelección de Cristina”.

Reelección de Cristina

“Era patético, porque ellos (el Frente Rejuntador) arrancan la campaña con un tema que no salió de nosotros, Cristina jamás planteó su reelección. Confunden las cosas. Cuando nosotros hablamos de llevar adelante un proyecto político en el tiempo, ellos permanentemente lo confunden con los tiempos institucionales. No hablábamos de eso. Nunca hablamos de eso. Cristina conduce un proyecto político y ha generado prole, lo cual a esos poderes de siempre les crea un problema. O sea: que haya generado prole le da la posibilidad de una continuidad en el tiempo, y es eso lo que nunca había pasado y a lo que se oponen férreamente. Eso le da una identidad que va más allá de su persona como candidata. Matrimonio igualitario, recuperación de Aerolíneas, de YPF, son todas cuestiones que cruzan transversalmente a la sociedad. Esa identidad que logramos no a través de palabras sino de hechos y gestión es lo que atacan brutalmente cuando atacan a La Cámpora o a las otras organizaciones políticas que acompañan este proyecto. Ellos tienen la necesidad, para llevar adelante las políticas económicas que les interesan, de que este proyecto político termine mal. Si uno repasa la historia argentina, a esos intereses siempre la violencia les sirvió para confundir y terminar imponiéndose. La violencia es una herramienta útil para ellos. ¿A quién terminó beneficiando una y otra vez la violencia social o política? A los sectores más concentrados de la economía. Sin excepciones. (…) La reforma constitucional es una discusión pendiente que habrá que dar, no ahora, porque van a decir que es oportunista. Pero eso no quiere decir que en algún momento no haya que darla. El tema de la posibilidad de la reelección no pasa por una cuestión constitucional, sino por lo que la gente quiera. Si te vota o no te vota”.

Relación con el Grupo Clarín

“¿Qué era lo que decía Clarín en su momento? Pasan los gobiernos y Clarín queda. Claro. El sistema está organizado para que esos poderes, sea Clarín o cualquier otra corporación –porque a esta altura Clarín es un símbolo que lo excede–, puedan desarrollar sus intereses sabiendo que a lo sumo tienen que resistir uno o dos mandatos. Ellos quedan. Cuando Néstor habla de Clarín nunca habla sólo de Clarín, sino del ariete de los sectores concentrados. El ariete que con el tiempo, además de haber sido el vocero y, gracias a eso, se transformó el socio de esos intereses. Primero fue vocero, pero después le dieron Papel Prensa, después vino el cable, con nuestros errores. Después el campo, pero de esos sectores ya tampoco eran voceros sino socios... Los gobiernos pasan y son ellos los que están agarrados del poder”.

El liderazgo y la fuerza de Cristina

“Uno la ve que atraviesa situaciones y después sale con fuerza, pero claro, está presente lo que pasó con Néstor. Cuando apenas asumió el segundo mandato hubo que atravesar el tema de la tiroides. Y después esta otra operación. Uno no es insensible ni a lo que tiene que pasar ella ni a la virulencia con la que la atacan. Uno quisiera, uno está tentado muchas veces de salir a decir o a hacer cosas para defenderla, pero las responsabilidades son las responsabilidades, y además la que manda en cualquier situación, incluso en ésta, es ella. Pero creo que la sociedad también tiene un techo para eso. Incluso los que no están de acuerdo, incluso los que la critican: hay un límite. Y saben, perciben que Cristina es el último dique de contención que hay hoy en la política argentina contra los intereses que hicieron de la Argentina un país invivible y que tuvo su corolario final en 2001. Creo que hoy no hay ningún otro dirigente político que exprese esa contención, porque para ganar espacio han transado con esos intereses. La sociedad puede estar más o menos enojada con nosotros, pero percibe a los otros candidatos, al menos hoy, como meros alfiles de esos poderes. Y eso nunca mejorará la vida del pueblo”.

“Fuerza propia”, de Sandra Russo, está basado en decenas de entrevistas –algunas de ellas realizadas por Werner Pertot–. 

Con cada miembro de la Mesa Nacional de Conducción –Andrés Larroque, Mariano Recalde, Juan Cabandié, "Wado" de Pedro, Mayra Mendoza, José Ottavis– hicieron varios encuentros, que incluyeron recorridas por los barrios del conurbano bonaerense o la Capital Federal, en los que trabajan. 

Con Máximo Kirchner quedaron plasmados dos encuentros, uno en enero de 2013 y otro a principios de 2014.

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