jueves, 25 de septiembre de 2014

Capitanich inauguró la primera Casa Educativa Terapéutica en Granadero Baigorria

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, inauguró ayer la primera Casa Educativa Terapéutica en la localidad santafesina de Granadero Baigorria, que forma parte del programa Recuperar Inclusión, que tiene un monto total de inversión 2 mil millones de pesos.

"Esta es la primera inauguración del programa Recuperar Inclusión, que fue diseñado por alguien que tiene experiencia, compromiso y vocación, como Juan Carlos Molina", titular de la Sedronar, dijo Capitanich durante el acto inaugural de la CET, que proveerá a adolescentes y jóvenes herramientas educativas, culturales y de trabajo para su reinserción laboral y social.

Capitanich, que envió "un cálido y afectuoso saludo de la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner)", precisó que el monto total de inversión del programa fue de 2.000 millones de pesos y destacó el "trabajo de coordinación interministerial con Julio de Vido (Planificación), Alberto Sileoni (Educación), Alicia Kirchner (Desarrollo Social), María Ceclia Rodríguez (Seguridad) y Carlos Casamiquela (Agricultura)".

"Tenemos un equipo de ministros que trabaja en forma articulada para proveer recursos y acciones en el territorio, por eso es bueno que se sepa que actualmente tenemos 48 convenios firmados por un monto 800 millones de pesos", detalló.

La sede, situada en un predio en las afueras de la ciudad y que implicó una inversión del gobierno nacional de 17 millones de pesos, es única en el país por la pluralidad de terapias que ofrece y será un modelo a seguir en la aplicación de políticas y estrategias en la lucha contra las adicciones, informó la Sedronar.

Capitanich destacó además el trabajo de "muchos cooperativistas, que se pusieron al servicio de otros hermanos" y agregó que "mediante los valores vamos a ser capaces de eludir cualquier tipo de adicciones, que perturban de un modo dramático a las sociedades modernas".

Asimismo, apuntó que en la CET 38 personas "podrán internarse cuando así lo amerite" y otras 80 "podrán ser integradas a un proceso de recuperación".

"Cuando una persona lloraba porque no podía recuperar a su hijo era porque el Estado no tenía la capacidad para darle esa atención; hoy tenemos cerca de 2.000 personas atendidas", refirió.

Consideró también que "a veces hay desesperanza, desilusión, gente con el corazón roto que siente que nadie la escucha, pero éste es un espacio para escucharlos y trabajar juntos".

"La infraestructura no construye por sí misma valores, para eso hacen falta personas. Muchas veces el corazón reemplaza a la inteligencia, pero hace falta inteligencia y corazón para mejorar la vida del otro y de la sociedad", subrayó.

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