La prensa opositora sale a combatir el artículo 765 del proyecto de reforma del Código Civil que plantea que las deudas contraídas en moneda extranjera puedan pagarse en pesos, tomando como referencia el dólar oficial.
El ya famoso Artículo 765 del proyecto de reforma del Código Civil plantea algo de absoluto sentido común: "si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar cantidades de cosas y el deudor podrá liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal, de conformidad con la cotización oficial".
La reacción de la prensa opositora ha sido furibunda porque, como bien lo titula Ambito Financiero, "Quitan rezago de la convertibilidad". No se trata de que se prohíba pactar una transacción en dólares, sino que se pueda abonar su equivalente en pesos tomando como referencia el dólar legal, el problema es político e ideológico y eso es lo que la prensa enganchada con el credo neoliberal está cuestionando.
Clarín titula "Impulsan pesificar los contratos y las deudas" y en la bajada llega al extremo de faltarle el respeto al lector señalando que "regiría para las operaciones posteriores a la sanción de la ley", cuando es de público conocimiento que les leyes siempre regulan desde el momento de su sanción en adelante, nunca con retroactividad.
La Nazion recurre a una de sus formas de titular predilectas cual es poner su propia visión como una sensación del conjunto: "Inquietud por un proyecto de pesificación de las deudas". Este titular es, además, engañoso porque deja abierta la puerta para que se pueda interpretar que el proyecto incide sobre las deudas pautadas con anterioridad a la sanción de la ley.
El Cronista titula "Oficial: el gobierno incluyó la pesificación de contratos en la reforma al Código Civil" y BAE destaca: "El gobierno envió un proyecto de ley para pesificar los contratos en dólares".
Todo indica que en el Congreso habrá un consenso francamente mayoritario para aprobar este artículo pues termina definitivamente con la concepción de la tan nefasta Convertibilidad de Cavallo. Lo más grave para las patrullas perdidas de los noventa es que habrá un respaldo cerrado de la población ya que fundamentalmente es un planteo de sentido común que le devuelve razón de ser a nuestra moneda.
La discusión que se avecina probablemente sea muy fuerte y colocará en el centro del debate la concepción de qué tipo de país queremos, con qué nivel de independencia.
La Convertibilidad fue tan profunda más allá de lo ideológico que llegó al extremo de tomar como vara para medir nuestra inflación los índices de Estado Unidos e incluyó la potestad de las empresas extranjeras de litigar en los tribunales del exterior por divergencias dentro de nuestro propio país.
Los sectores minoritarios que se beneficiaron con sus consecuencias saldrán a dar batalla de manera pertinaz contra este artículo y los argentinos tendremos una nueva oportunidad de discutir qué tipo de país de país queremos, algo que siempre es, sobre todo, saludable.
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