lunes, 21 de marzo de 2016

No dan puntada sin hijo: en Brasil, miden como candidato al juez que espió a Lula y a Dilma

SÉRGIO MORO, A CARGO DEL CASO PETROBRAS, APARECE COMO UNA OPCIÓN PARA LOS COMICIOS QUE TENDRÁN LUGAR EN 2018.

El juez federal Sérgio Moro, que investiga el escándalo de corrupción en Petrobras y es uno de los ejes de la crisis política de Brasil, tiene ocho por ciento de intención de voto para las elecciones de 2018, un escenario liderado por la ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, según una encuesta de Datafolha divulgada hoy por el diario Folha de Sao Paulo.

En uno de los posibles escenarios para elecciones en 2018, el sondeo incluyó a Moro, a quien la presidenta Dilma Rousseff acusa de cometer espionaje ilegal al grabar una conversación telefónica con el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva el día de su asunción como jefe de ministros.

El escenario trazado por la encuesta es eventual y antojadizo, debido a que Moro nunca manifestó su interés en ser candidato o en dejar el Poder Judicial.

Moro es considerado un "héroe" en las manifestaciones opositoras al gobierno, que reclaman la renuncia de Rousseff, sobre todo por haber llevado el 4 de marzo pasado a declarar por la fuerza a Lula en San Pablo por su vinculación con empresas constructoras involucradas en el escándalo del desvío de fondos de Petrobras.

De acuerdo a Datafolha, en uno de los escenarios electorales para 2018 Moro recibiría ocho por ciento de los votos, detrás de Silva, de Rede, y de Lula, ambos con 17 por ciento de intención de voto, y del senador Aecio Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) opositor, con 14 por ciento.

Moro, juez de primera instancia del fuero federal de Curitiba, capital del estado Paraná, tiene en su mesa un pedido de prisión de Lula hecho por la fiscalía penal de San Pablo por supuestamente ocultar la propiedad de un departamento en el balneario Guarujá que estaba siendo levantado por la constructora OAS, acusada en la operación Lava Jato.

Ahora, el magistrado está en la mira de juristas y del propio gobierno, ya que Rousseff afirmó el viernes en un discurso oficial que "en otro país, el que hace espionaje ilegal a la presidenta va preso" y que tomará "todas las medidas posibles" debido a que el magistrado debía respetar el fuero presidencial y enviar cualquier escucha al Supremo Tribunal Federal.

Moro decidió el miércoles, día del anuncio del nombramiento de Lula como jefe de ministros del gobierno de Rousseff, levantar el secreto de las escuchas al ex presidente, lo que causó una conmoción general porque la mandataria aparece diciéndole a su jefe político que firme el acta de asunción en el cargo con fueros "en caso de que lo necesite".

El ministro de Justicia, Edson Aragao, anunció al diario Extra que "a lo largo de esta semana" el gobierno tomará una decisión sobre cómo enfrentar a Moro, que se ha convertido en el principal nombre de las manifestaciones opositoras para la salida de Rousseff.

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