viernes, 27 de marzo de 2015

Tragedia aérea en Francia: los investigadores creen que el copiloto estrelló el avión intencionalmente

Los investigadores de la caída del Airbus A230 de la empresa Germanwings en los alpes franceses en el que fallecieron 150 personas, entre ellos tres argentinos, creen que el copiloto rechazó abrir la puerta de la cabina al comandante y accionó el descenso del avión "con voluntad de destruirlo" por razones que se desconocen.


El copiloto inició el descenso "de forma voluntaria" cuando se hallaba solo en la cabina, informó ayerel fiscal de Marsella encargado del caso, Brice Robin.

El funcionario basó su hipótesis principalmente en el audio de caja negra que se recuperó, donde primero se escucha al presunto responsable mantener durante 20 minutos una conversación "normal y cortés" con el comandante.

Pero posteriormente, el piloto pide a su segundo tomar el mando -presumiblemente para ir a hacer sus necesidades- y se escucha el movimiento de una de las butacas y una puerta que se cierra. “Hubo silencio absoluto dentro de la cabina. Nada, ni una palabra en los últimos 10 minutos”, manifestó Robin, según se desprende del audio de la caja negra.

La reconstrucción coincide con la información revelada el miércoles por el diario The New York Times, que en base a fuentes de la investigación indicó que el comandante “golpeó la puerta” para ingresar, pero “no tuvo respuesta”.

El piloto excluido "intentó tirar abajo la puerta" antes de que el avión se estrellara contra una montaña, a 1.800 metros de altura. “Creo que él se negó a abrir la puerta (al piloto) y apretó el botón para tirar abajo el avión. Fue una acción voluntaria de parte del copiloto”, manifestó el fiscal Robin, pese a lo cual, aseguró que "en este momento, nada permite decir que se trata de un atentado terrorista".

“No puedo llamarlo suicidio, pero se trata de una pregunta legitima”, agregó el funcionario judicial ante el interrogante de un periodista.

Los datos que trascendieron es que el copiloto se llamaba Andreas Lubitz, de 28 años y nacionalidad alemana y no dijo ninguna palabra tras quedarse solo en la cabina.

Carsten Spohr, presidente de la aerolínea Lufthansa, empresa madre de Germanwings, indicó que Lubitz había superado las pruebas médicas que se realizan una vez al año aunque explicó que tras la formación de los pilotos ya no se realizan tests psicológicos, algo que prometió será revisado.

Sin embargo dejó un dato que no pudo ser ahondado durante la conferencia de prensa que brindó en la ciudad alemana de Colonia: Lubitz interrumpió temporalmente en 2009 su formación de piloto que finalmente completó. Según amigos del copiloto citados por el diario Spiegel, la razón es que en ese año sufrió un cuadro de estrés y depresión, aunque esos datos no fueron confirmados por la aerolínea.

Sí se precisó que había comenzado a trabajar en la firma en septiembre de 2013 y que tenía una experiencia de 630 horas de vuelo, bastante poca si se compara con las más de 6.000 horas de vuelo que tenía el capitán.

Además, se supo que Lubitz vivió hasta el momento del siniestro, según se desprende del audio de la caja negra en la que se escucha su respiración hasta el final en la grabación.

En tanto las víctimas no se dieron cuenta de lo que iba a suceder hasta el último momento, porque en la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto.

El ministro de Transporte alemán, Alexander Dobrindt, indicó hoy que los análisis de sus técnicos muestran que es “plausible” que el copiloto del avión de Germanwings haya iniciado el descenso voluntariamente.

El funcionario recordó que tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York se impuso un sistema de seguridad especial en las puertas de las cabinas de los aviones. Abrirlas desde adentro siempre es posible y, desde fuera, se puede utilizando un código, salvo que éste se haya bloqueado internamente. Por eso las normativas de Estados Unidos exigen que haya un mínimo de dos personas en las cabinas todo el tiempo, algo que no ocurre en las regulaciones europeas.

El avión de Germanwinds, que se dirigía de Barcelona (España) a Düsseldorf (Alemania) se estrelló el martes lo que provocó la muerte de 150 personas, entre ellos tres argentinos: Juan Armando Pomo, Gabriela Maumus y Sebastián Grecco.

Los primeros familiares de las víctimas fatales comenzaron a llegar hoy a la localidad de Seyne-les-Alpes, cercana al lugar del siniestro y donde se montó una capilla ardiente.

El lugar es además epicentro de los operativos y es allí donde se montó un puesto médico donde fueron llevados los primeros cuerpos recuperados para realizar las tareas de identificación.

Además allí continúan los trabajos para recuperar elementos del fuselaje que puedan ayudar a la investigación, entre ellos la segunda caja negra que todavía no fue hallada.

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