jueves, 30 de noviembre de 2017

Dictaron la excarcelación de los dos jóvenes mapuches detenidos y sigue sin haber rastros de las supuestas armas de grueso calibre

FAUSTO JONES HUALA Y LAUTARO GONZÁLEZ, QUIENES BAJARON EL CUERPO MORIBUNDO DE RAFAEL NAHUEL EL SÁBADO PASADO TRAS LA REPRESIÓN DE LA PREFECTURA EN LA ZONA DEL LAGO MASCARDI, ESTABAN AL CIERRE DE ESTA EDICIÓN A LA ESPERA DE PODER COMPLETAR LA FIANZA PARA RECUPERAR SU LIBERTAD. EN LA CAUSA QUE INSTRUYE EL JUEZ GUSTAVO VILLANUEVA, NO HAY NINGUNA CONSTANCIA DE LA EXISTENCIA DE ARMAS DE FUEGO. EL RÉGIMEN MACRIFASCISTA, EN BOCA DE LA BEODA MINISTRA DE SEGURIDAD, PATRICIA BULLRICH LURO PUEYRREDÓN, JUSTIFICÓ EL ASESINATO DE NAHUEL PORQUE ASEGURARON QUE ESTABAN ARMADOS.

"Yo me entregué", fue la única respuesta que dio Fausto Jones Huala en su declaración indagatoria. Es uno de los testigos del asesinato de Rafael Nahuel, ambos mapuches, ocurrido el sábado cuando estaban descansando luego de haber sido perseguidos desde el jueves tras el operativo conjunto de Prefectura y Policía Federal para desalojar la Lof Lafken Winkul Mapu, cerca de Lago Mascardi. Según consta en el texto, la Justicia lo acusa de "haberse apoderado ilegítimamente del predio", pero no hay mención alguna a la portación de armas de fuego, como afirmó el régimen macrifascista. Durante el interrogatorio, el juez Gustavo Villanueva y la fiscal Silvia Little describieron que Jones Huala fue detenido luego de dejar al borde de la ruta el cuerpo sin vida de Rafael Domingo Nahuel Salvo, "cuyo deceso se produjo por las heridas en múltiples órganos de un proyectil de arma de fuego". Aunque los funcionarios judiciales hablan de enfrentamiento, quedó plasmado en el expediente que los uniformados dispararon plomo y los mapuches tiraron piedras con "hondas de revoleo". Jones Huala y Lautaro González son acusados por la ocupación de un territorio -mientras son testigos de un homicidio-, estuvieron presos e incomunicados, y habían iniciado una huelga de hambre. La justicia dictó su excarcelación bajo fianza de 10 mil pesos y un garante con recibo de sueldo. 

Nahuel había muerto mientras lo bajaban entre cuatro del cerro. Lautaro González declaró que el joven mapuche de 21 años les pidió "no me dejen, peñis". Y eso hicieron, improvisaron una camilla con palos y cuando llegaron hasta la ruta en el lugar, con policías y prefectos apuntándoles, se entregaron. "El estado de salud de Lautaro es complicado porque está acongojado, la situación lo ha desbordado porque junto con Fausto fueron los que bajaron el cuerpo de Rafael. Se encuentra sorprendido de que al entregar el cuerpo ellos mismos terminan detenidos desde el domingo, con condiciones de alta seguridad, como si fueran sicarios. Todos merecen iguales derechos pero no hay derechos para los pueblos indígenas", dijo la abogada Sonia Ivanof, que los representa. 

Si bien fueron iberados, la preocupación sobre su situación procesal persistirá. Según consta en la causa, Nahuel no tenía ningún arma ni rastros de pólvora en sus manos. La requisa demostró que en el territorio mapuche recuperado había sólo piedras, hondas y un cuchillo. "No hay armas de fuego secuestradas, como tampoco hubo enfrentamiento", destacó Ivanof.

"Veníamos con las manos levantadas, pidiendo por favor que nos dejen sacar a un muerto porque el peñi se nos murió a mitad del camino, en nuestros brazos, y nos apuntaban como si fuéramos terroristas", había relatado uno de los que volvió al cerro. Jones Huala y González fueron arrojados al suelo, y los dejaron allí varias horas precintados junto al cuerpo sin vida de Nahuel. Una vocera mapuche relató que, además, los arrastraron por 300 metros. 

"Llegué a esta comunidad en apoyo porque se está levantando una autoridad espiritual muy importante para nuestro pueblo, una machi, y en este lugar el lago Mascardi fue donde mataron e hicieron desaparecer a la última autoridad machi que quedaba en el Puel Mapu", dijo Jones Huala durante la indagatoria. "Esto que pasó es una clara muestra del conflicto político histórico que tiene el Gobierno contra nuestro pueblo, la persecución constante", agregó y explicó que la comunidad Lafken Wincul Mapu y Puel Mapu, a la que él pertenece, forma parte del Movimiento Mapuche Autónomo del Puel Mapu (MAP): "lo único que hacemos es defendernos de avance de las empresas capitalistas y el estado opresor".

Fausto, uno de los seis hermanos Jones Huala, ya había sufrido prisión y torturas. Ahora tiene lesiones de postas de goma en todo su cuerpo. Su madre, María Isabel Huala, dijo que está estable aunque lastimado. En la brutal represión del 10 de enero a la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, Fausto había sido baleado por la policía de Chubut y la Gendarmería, y quedó mal de un oído, mientras que a su primo Emilio le dispararon en la mandíbula.

Fausto Jones Huala fue detenido en la sede de la PSA en Bariloche, privado de la libertad igual que, en Esquel, su hermano Facundo, el lonko de Cushamen a punto de ser juzgado una vez más en un juicio de extradición que ya fue anulado por la Corte Suprema. 

Mugrizio Macri Blanco Villegas pidió volver a que la voz de alto signifique entregarse. Fausto se entregó y le significó ser torturado e imputado en una causa de cuyos hechos fue testigo. El operador turístico Pablo Curlo afirmó que los uniformados que dispararon "rodilla en tierra" estaban "desbocados", en tanto los mapuches heridos precisaron que se los veía "empastillados". Quizá haya dicho directamente "alto, disparo", en lugar de "alto o disparo".

Fuente: nota de Adriana Meyer para Página/12

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