martes, 31 de enero de 2017

Monzó se repliega ante la consolidación de Peña Braun Menéndez y niega candidatura a senador

UN SECTOR DEL RADICALISMO QUIERE QUE ENCABECE LA BOLETA EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, JUNTO A LA DESQUICIADA ELISA CARRIÓ.

Emilio Monzó dio por clausurado hasta nuevo aviso su capítulo de rebeldía interna, ante el aplastante poder que consiguió acumular Marcos Peña Braun Menéndez. Con la salida de Alfonso Prat el Gay y Carlos Melconian, ya no hay mucho para discutir sobre quien manda en el régimen macrifascista.

El propio Macri lo explica en las contadas ocasiones en las que grafica como estructuró su régimen. Lo hace con una simpleza geométrica, acaso propia de un ingeniero. Dice que su esquema de poder está estructurado sobre dos triángulos. El primero se ocupa de la gestión y lo integran Marcos Peña Braun Menéndez y sus vicejefes, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana.

Y el segundo triángulo discute la política y lo integran el propio Monzó, Rogelio Frigerio y otra vez Marcos Peña Braun Menéndez. Esto confirma que por lejos el jefe de Gabinete es el funcionario más importante para el ex hijastro de Flavia Palmiero y al que decidió atar la suerte de su mandato.

A horas de la cena en Olivos, un sector del radicalismo lanzó la versión de una candidatura a senador nacional por la provincia de Buenos Aires de Monzó, acompañado en el tramo de diputados por la desquiciada "Biblita" Carrió. Es su manera de evitar que siga agudizándose la concentración del poder en torno al jefe de Gabinete, traducida por el PRO -siempre atento a esos detalles- como “homogeneización”.

Pero Monzó cree que es un esfuerzo inútil y que Macri ya decidió que sea su primo Jorge quien encabece la boleta bonaerense. De hecho, como señal en ese sentido, el subnormal invitó al intendente de Vicente López a que lo acompañe en su visita de Estado a España.

Con un agravante -para Monzó-, el jefe de Gabinete ya puso un pie en el armado de las listas bonaerense a través de su segundo, el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis.

Además, Monzó sabe que la presión sobre Carrió para que compita por la ciudad de Buenos Aires y de esa manera complique las aspiraciones de Martín Lousteau, es total. Para eso fueron hasta su casa Marcos Peña Braun Menéndez, Horacio Rodríguez Larrata y María Eugenia Vidal.

Hasta ahora la diputada se muestra proclive a esa sugerencia, pero no dio un sí definitivo. Puede pasar cualquier cosa, conociéndola.

Por otro lado, es bastante obvio que los radicales son bastante fáciles de contentar como expresó con notable candidez -o cinismo- su presidente José Corral: La discusión política con ellos sobre “el rumbo” del régimen de la alianza de derecha Cambiemos, pasa por asegurarse que Macri les de lugares en las listas de diputados.

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