lunes, 19 de noviembre de 2012

Macri está preocupado por el costo político de un aumento del boleto de subte

El alcalde porteño trabaja en el armado económico para obtener unos 1200 millones de pesos. Estima que necesitará 720 millones para cubrir el déficit operativo, 200 para la seguridad de la Metropolitana, y el resto para la paritaria del sector.
 
Cuando el jefe de Gobierno porteño, Mugrizio Macri, anunció que el año próximo aceptará la devolución del subte porteño y el Premetro, el PRO comenzó a contabilizar dos grandes obstáculos en el horizonte de 2013.
 
El primero, ya conocido, son las elecciones de medio término, con sus correspondientes primarias abiertas; y el segundo consiste en la administración del metro capitalino, cuyo desmanejo con el precio del viaje podría transformar la iniciativa del alcalde en un remedio peor que la enfermedad que busca conjurar.
 
El sorpresivo anuncio del líder del PRO, desconocido por la mayoría de su Gabinete y de sus propios diputados, buscó retomar la iniciativa para revertir el desgaste sufrido durante la primera semana de noviembre. En esas jornadas quedó entrampado entre un conflicto por la recolección de residuos, bajo el primer calor de la primavera, junto a las tormentas posteriores, que anegaron el barrio de Belgrano, cuyas calles estaban colmadas de basura sin recolectar.
 
A esa combinación de lluvia sin freno y basura sin control, se sumó la memorable foto del alcalde con la banda de rock Kiss, captada en medio del apagón que afrontó toda la Capital, en la previa del cacerolazo del 8N contra el gobierno nacional, que el macrismo tampoco logró capitalizar.
 
En esa encerrona, constatada con espanto por los funcionarios del PRO al calor de febriles encuestas y sondeos, la mesa chica del alcalde resolvió adelantar la transferencia, prevista para comienzos de diciembre, luego del 7D.
 
El apuro del anuncio permitió revertir la debacle de la semana anterior, pero dejó en evidencia que la nueva fuga hacia delante del líder del PRO avanza floja de papeles. La principal prueba, admiten dentro del gobierno porteño, radica en el proyecto de ley, todavía inconcluso, que Macri enviará a la Legislatura esta semana.
 
La demora tiene que ver con las preocupaciones políticas que atraviesan al macrismo ante la inesperada encrucijada de administrar por vez primera toda la operación del subte en medio de un año electoral, donde el PRO buscará revalidar sus títulos para reforzar la posible candidatura presidencial de Macri en 2015. Una falla en el esquema para el subte podría dañar dramáticamente los planes electorales del alcalde y su partido. Evitar ese escenario tan temido es parte del complejo modelo de resortes que la comuna planea administrar, a través de la creación de nuevas tasas, reasignación de partidas y todo tipo de recursos, para que el aumento de la tarifa sea lo menos costoso posible en términos políticos.
 
La base de ese cálculo surge del déficit operativo del servicio. El año pasado, totalizó los 720 millones de pesos y fue cubierto íntegramente por subsidios federales que la Nación redujo este año a la mitad y que dejará de girar el 31 de diciembre.
 
Según los cálculos del macrismo, en 2013 esos 720 millones pasarán a ser 1200 millones. El nuevo monto incluye un aumento salarial estimado en un 25% para la paritaria de la actividad y otros 200 millones para financiar el desembarco de la Policía Metropolitana en todas las estaciones. Según las previsiones presupuestarias para el año que viene, la comuna espera sumar dos tandas de 500 efectivos durante el año, y parte de esa dotación remplazará el control que, por ahora, ejerce la Federal. Su retirada en marzo, por decisión de la ministra de Seguridad Nilda Garré, desató la suspensión de las negociaciones por la transferencia del subte que había comenzado en enero.
 
El remplazo de los azules de seguridad ferroviaria por los efectivos amarillos será una de las apuestas del PRO para capitalizar electoralmente la operación del metro capitalino. Para financiar esos 1200, tal como anticipó este diario, la comuna piensa crear una tasa contributiva sobre el consumo de combustibles, utilizar la caja de la empresa Autopistas Urbanas, que supera los 400 millones anuales, sumar una segunda tasa sobre los peajes y reasignar las partidas para obras públicas del año que viene. Esos recursos podrían sumar más de 600 millones o más.
 
El dinero faltante provendrá de un reajuste de la tarifa que llevará en forma escalonada el boleto de $ 2,50 a $ 3,90. Los retoques podrían sumar unos 500 millones adicionales, pero la última palabra la tendrán las encuestas, el único medidor que tendrá el macrismo para mesurar el mayor costo político del subte, es decir, su tarifa. Si el impacto es negativo, el aumento tendrá que esperar hasta que el año electoral termine. Porque según repiten cerca de Macri, "no hay 2015 sin 2013".
 
Si está preocupado por el costo político del aumento del boleto de subte, que se la banque y se haga cargo. Nosotros estmos preocupados por tener que soportarlo 3 años más desgobernando la Ciudad y nos la tenemos que comer doblada.

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