domingo, 16 de julio de 2017

Macri se hartó de la tolerancia e interviene directamente para disolver piquetes

EL EX HIJASTRO DE FLAVIA PALMIERO SE METIÓ EN LOS CONFLICTOS EN LA CALLE DE LA CIUDAD Y LA PROVINCIA. CREE QUE ESPANTAN LAS INVERSIONES.

Mugrizio Macri fue el factótum de la nueva línea que implementaron María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larrata para desalojar los piquetes, tomas y manifestaciones.

El pelotudo hijo de puta cree que los piquetes desalientan a los inversores -su mayor obsesión- y por ende decidió cambiar el rumbo. 

Además está convencido que en un contexto económico que no suma para la campaña, al menos por eso lado puede fidelizar la parte de la población que eligió a la alianza de derecha Cambiemos.

Fue el propio Macri quien llamó el jueves a Cristian Ritondo, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, en medio del conflicto de la policía con los trabajadores de PepsiCo en Vicente López.

El subnormal le pidió al ministro, que no depende de él sino de la gobernadora fascista bonaerense María Eugenia Vidal, que desaloje con firmeza pero sin responder a la violencia. Macri tenía el dato de que de manera inminente se sumarían Barrios de Pie y otros movimientos sociales a la manifestación y de esta manera, serían miles las personas involucradas en el piquete.

Pese a que el ala más política del régimen de Vidal dudaba de avanzar con el desalojo, Ritondo cumplió las órdenes de Macri. Eso sí, el puenteo que Macri hizo de la gobernadora fascista le generó algún ruido con Vidal.

"Macri se hartó, cuando no hacen lo que quiere, llama directamente", comentó un funcionario del régimen. El idiota confeso muchas veces se queja en las reuniones de gabinete que por temas electorales no lo dejan avanzar. "¿Cuando vamos a empezar a gobernar?", se fastidia.

Una situación muy similar se había dado el 28 de junio en la ciudad de Buenos Aires, cuando Rodríguez Larrata ordenó reprimir un piquete de Quebracho y militantes de Milagro Sala en la avenida 9 de julio. Ese giro en la manera de romper las manifestaciones tuvo el mismo autor intelectual: Macri, que le ordenó a Marcos Peña Braun Menéndez que llamara al "Guasón" para avanzar con infantería contra los manifestantes. Y se puso muy insistente para que lo llamara de inmediato, adelante suyo.

El temor de Vidal y Rodríguez Larrata es que haya un muerto en uno de los operativos. En la manifestación de PepsiCo se pudo ver a tres personas en una cornisa, acorraladas por la policía, una imagen que aterró a los funcionarios bonaerenses.

Macri no tiene ese temor porque cree que parte de la sociedad está a la derecha de sus propios ministros y del "progresismo mediático" y exige el fin de los piquetes, además de pedir que se corten los abusos con los planes sociales y vayan a la cárcel los corruptos.

"Estoy rodeado de pelotudos", se quejó esta semana el imbécil, con una acción puntual que lo exasperó. Además de desalentar inversiones, Macri cree que la falta de firmeza está afectando a su partido en las encuestas.

Las encuestas que manejan en el régimen, en efecto, marcan cierta sensación de que el régimen no tiene el coraje para meter presos a los corruptos y cortar con históricas estructuras de dispendio de los fondos, pero también golpea fuerte la inflación.

De hecho, en la Casa Rosada reconocen muy por lo bajo, que acaso la riesgosa jugada de la polarización con Cristina Fernández de Kirchner empezó a irse de las manos y contra lo que esperaban, no sólo no están cerrando la brecha, sino que en los últimos días la ex presidenta consolidó su primer lugar.

En el timbreo de ayer, entre varios reclamos, una señora le agradeció a uno de los funcionarios porque ve más policías en la calle, pero otros recibieron fuertes quejas por la suba de precios y los piquetes. "Quieren un cambio real", aseguraron en el Ejecutivo.

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