sábado, 28 de febrero de 2015

El incendio en Iron Mountain fue intencional según el peritaje realizado por la Policía Federal

El incendio en Iron Mountain en el que murieron nueve bomberos y un rescatista fue intencional, según el peritaje realizado por la Policía Federal, que encontró rastros de "sustancias combustibles" y elementos que "no se correspondían" con el equipamiento del depósito del barrio porteño de Barracas, informó ayer el Ministerio Público Fiscal.


Según precisaron desde la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N°37, a cargo de Marcela Sánchez, los peritos concluyeron que el incendio ocurrido el 5 de febrero de 2014 "fue intencional" y que "el fuego comenzó entre los depósitos N°7 y N°8, aproximadamente a 7 metros de la línea de edificación de la calle Benito Quinquela Martín".

"Se encontraron rastros de sustancias combustibles y se estableció que el foco del fuego se produjo por dispositivos colocados al efecto, ya que también se encontraron restos de conductores y transformadores de energía, que no se correspondían con partes de equipos del lugar", agregaron.

El informe de la Policía Federal ratifica el realizado por especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), mientras que aún resta el trabajo del equipo de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

El inspector que había pedido la clausura del galpón de Barracas en 2008, Edgardo Castro, explicó que los peritajes muestran lo que él dijo hace un año: "la única forma en que se pudo generalizar así el fuego es si hubo intencionalidad".

"Para quemar media manzana en 10 minutos o menos no hay otra forma que no haya sido intencional", ratificó y mencionó que en el depósito de la calle Azara hubo "cuatro o seis focos" provocados "por un especialista que sabía lo que estaba haciendo".

"Si el foco hubiera sido puntual por un incidente, como un cortocircuito por ejemplo, los bomberos lo hubieran apagado fácilmente", manifestó Castro, quien criticó las demoras en las pericias y responsabilizó a la fiscal Sánchez "de querer proteger al Gobierno de la Ciudad".

"El gobierno porteño tiene una relación de negocios, premios y subsidios con Iron Mountain por lo que hay un tendencia definida de proteger a la empresa", manifestó.

A las 8.15 del 5 de febrero del 2014, cuando las llamas ya habían tomado la totalidad del depósito de documentación, varias dotaciones de bomberos de la Policía Federal y los voluntarios de Vuelta de Rocha y de La Boca acudieron al depósito en Barracas.

Diez bomberos y rescatistas esperaban poder ingresar por una de las entradas, pero se encontraron con que el portón estaba herméticamente cerrado. Mientras esperaban órdenes y evaluaban la situación, una gigantesca pared de más de diez metros de alto se derrumbó sobre la vereda, consumida por las llamas que superaban con creces esa altura.

El impacto de los escombros acabó con la vida del comisario inspector Leonardo Day; de la subinspectora Anahí Garnica; de los cabos primero Eduardo Adrián Conesa y Damián Véliz; de los agentes bomberos Maximiliano Martínez y Juan Matías Monticelli; de José Luis Méndez Araujo del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Villa Domínico.

También de Sebastián Campos y Facundo Ambrosi del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Vuelta de Rocha, y del rescatista Pedro Báricolo de Defensa Civil del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Antes del incendio en Barracas, la empresa Iron Mountain tuvo siete incendios en 17 años en el mundo, uno de los más importantes el que ocurrió el 12 de julio de 2006 en la zona de Bow, este de Londres, que según la crónica de la cadena BBC provocó llamas de hasta 10 metros que “pudieron verse en toda la ciudad”.

La investigación del departamento de bomberos (London Fire Brigade) sobre ese siniestro también concluyó que el fuego pudo ser provocado de forma intencional y encontró serias irregularidades, como la deshabilitación del sistema principal y alternativo de rociadores automáticos.

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